Silvio en Costa Delicias

Así creo que se llamaba, finales de los ochenta o principios de los noventa del pasado siglo, la serie de chiringuitos que se montaron en el Muelle de las Delicias, ribera del Guadalquivir. Dos cosas me han quedado muy nítidas de aquellas tantas noches de farra por aquellos antros: Una la tertulia, es un decir, que mi amigo Tito y yo, tuvimos con Silvio. Otra la minifalda color melocotón que eran como un acento circunflejo sobre las largas y preciosas piernas de Reyes.

Lo de Reyes no lo voy a contar aquí. Lo de Silvio tampoco tiene mucho que contar, si no es nada menos que el haber echado unas copas y unos cigarrillos con el mítico roquero sevillano. Hablar hablamos poca cosa, creo yo. El hombre, pitillo siempre entre los dedos, le daba al coñac, nosotros, una vez superada nuestra época de Larios/Rives con cola, creo que ya nos habíamos pasado al ron. Noches de primavera verano, no la recuerdo cálida, bueno, supongo que tampoco acabamos para recordar muchas cosas.

Tuvimos un segundo episodio con Silvio. Pero esta vez la protagonista fue su no presencia. Nos dimos prisa por llegar a un concierto que daba en el Prado, cuando lo de Cita en Sevilla. Íbamos tarde porque habíamos comido no sé dónde y nos enredamos en la sobremesa. Esas sobremesas largas de antaño, por favor, que morriña. La cosa es que el personal estuvo esperando al divo más de una hora, hasta que se informó a la parroquia que el cantante no comparecería, no estaba en condiciones, una indisposición repentina, obviamente, y nos quedamos sin concierto ese día. Las cosas de Silvio. Así que seguimos la noche por nuestra cuenta, claro.

Nada menos que veinte años de su marcha al cielo de los roqueros. Música de oro y vos, “siento tanto amor para ti, que no entiendo cómo te amo yo” y las guitarras de Sacramento. Spanglish trufado de italiano. Surrealismo rítmico, que dan ganas de coger un botellín helado de Cruzcampo y apurarlo hasta que te llegue el frío al culo.

Silvio le cantó a Las Criaturas antes que Lopera. “Con arrimo y sin arrimo, todo me voy consumiendo”, que ya hay que tener arte para meter a San Juan de la Cruz por ese swing. Nos vamos consumiendo colega, nos vamos consumiendo. “Tan solo miúsica respondirá di me”. Aquí, al sur de la Gran Bretaña.

“Me voy que allí lo veré todo. Yo sé que tú también vendrás......por eso yo me voy junto a vos".


Comentarios

  1. Yo también me quedé esperando a Silvio ese día. Qué buenos tiempos aquellos de Cita en Sevilla. Buen, post querido Javier.

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