Aún hay nieve en las estepas.
Y aquí ya es primavera.
Los charcos de sangre puntean el
suelo helado.
Y aquí ya es primavera.
El cemento gris de los edificios
agujereados.
Y aquí ya es primavera.
Los hierros desnudos, retorcidos.
Y aquí ya es primavera.
La estela naranja y negra de los
misiles.
Y aquí ya es primavera.
Los cuerpos temblando de frío en
refugios húmedos.
Y aquí ya es primavera.
Una bombilla amarillenta
parpadeando en el pasillo desconchado.
Y aquí ya es primavera.
Una mano que cae inerte entre la
camilla y una manta a cuadros sucia.
Y aquí ya es primavera.
No hay flores entre los arboles
devastados del bosque.
Y aquí ya es primavera.
La huella de la cadena de un
tanque en el camino de lodo y tierra;
los casquillos aún tibios de las
balas de fusil;
una Zeta blanca sobre la chapa
oscura;
el grito azul de un pueblo.
Y aquí ya es primavera.
J. C.
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