De la negra realidad a la ficción negra

A la hora que escribo estos renglones, un domingo de primavera cuando media Sevilla estaría bebiendo y comiendo en la Feria de Abril si no fuese por la pandemia de COVID-19, se estará clausurando la decimosegunda edición de la Feria del Libro de Tomares, una feria con pocas casetas, apenas cinco o seis librerías (podría haber sido una, pues en todas vendían lo mismo: los best seller de los de siempre, las de siempre cabría decir), algunas librerías especializadas en temas infantiles y varias pequeñas editoriales locales (donde se ofrecía quizás lo más original de la Feria, ya hablaré de una buena recomendación del amigo de Editorial Barrett, la novela “Documento 1” del quebequés François Blais).

Pero si la zona expositiva no ha sido muy amplia, por contraste el escenario de las presentaciones ha sido este año el espectacular auditorio municipal Rafael de León, con su gran escenario, su pantallón y numerosas y cómodas butacas para el público (muchas anuladas con esas feas cintas policiales, por motivos de seguridad sanitaria).

El Ayuntamiento de Tomares me invitó a presentar dos libros en esta Feria, creo que he sido el único que ha repetido en estas lides, supongo que nadie más hubiese aceptado la doble tarea al no ser remunerada. Y no digo presentar a los dos autores porque uno de ellos hace años que falleció. Los libros en cuestión han sido “Cuando estalle la paz”, una recopilación de artículos periodísticos escritos por el político e intelectual español, Salvador de Madariaga entre 1935 y 1945, en la presentación estuvo la encargada de la edición y autora del interesante estudio preliminar, Maribel Cintas.

La otra presentación estaba más en sintonía con la temática de la Feria que este año y, a través de la figura de John le Carré (David John Moore Cornwell, en realidad), ha estado dedicada a la novela negra. La obra en cuestión es un trepidante relato llamado “El buen padre” del autor madrileño Santiago Díaz.


Poco tenía que ver, o mucho en realidad, la presentación del primer libro con la novela negra, pues es un recorrido de la mano de un político e intelectual español de los que abandonaron el país al estallar la Guerra Civil para ver, con horror y desde la distancia, cómo los españoles de uno y otro lado de los extremos (o no tanto) políticos, usaban sus duras cabezas para embestirse unos a otros. 

Demócrata, liberal, europeísta, Salvador de Madariaga habla de un periodo convulso de la historia de España en particular y europea y mundial en general, pues, sin solución de continuidad, tras el fin de nuestra Guerra Civil, estalló la Segunda Guerra Mundial, para mostrarnos ambas, con un horror y una maldad nunca vista a esa escala y menos en el mundo “moderno”, la realidad más negra.


“El buen padre”, como comentábamos en la presentación del sábado a mediodía en la conversación con el autor, Santiago Díaz, es una novela negra en sus más canónicas virtudes, sabuesos de la policía intentando descubrir al asesino, muertos de más o menos mala manera, empresarios corruptos y despiadados, sicarios malencarados, gente corriente envuelta en situaciones excepcionales, en definitiva, un espejo audaz, intrigante, de ritmo veloz y con imprescindibles notas de humor, que atrapan al lector en la lectura de los agiles capítulos del libro, ficción negra.

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