Noche mágica de gastronomía y flamenco en Grazalema
El amigo, Antonio del Mar de Andalucía de Vinos, fue el encargado de conducir el evento y de organizar el maridaje de los platos con vinos procedentes de la centenaria bodega sanluqueña Barbadillo. El colofón de la noche lo puso el arte y desparpajo en el cante de la guapísima y muy joven artista, Ana Cayetana Atienza Romero que, con el toque de su guitarrista, José María Rodríguez, hizo las delicias de los más de sesenta y cinco comensales asistentes.
Diego Guerrero y Rocío Romero, han construido un
encantador rincón de ocio y descanso en una bella casa típica del bonito pueblo
de Grazalema. Un hotelito acogedor, Casa
de Las Piedras, en cuyo interior se encuentra el restaurante Patio de San Diego. El lleno completo a esta noche de
gastronomía y flamenco, hizo que se ocupara tanto el salón interior, como el
patio, donde un entorno de paredes blancas, macetas de verdes geranios y
gitanillas, bajo una colosal parra, nos sumergió en lo que iba a hacer una noche
de disfrute y buen rollo.
Ya en la mesa, Antonio del Mar, a la sazón maestro de ceremonias
de la velada, nos fue presentando los vinos, su maridaje con los platos y a los
cocineros, verdaderos protagonistas de la noche gastronómica. El primero de los
vinos fue un espumoso de Palomino Fino, Toto
Barbadillo, que armonizó con los dos primeros pases del menú. Dos platos
que indicaron por donde iría la noche en cuanto a cocina se trataba, producto
de “kilómetro cero” tratado con mimo y creatividad.
El primero de esos platos corrió a cargo de Fernando Alpresa (Catering Alpresa) un original y sabroso Caldo de setas con espuma de queso de cabra Payoya con trufa. A continuación, Miguel Castillo del Restaurante El Mirador de Setenil de las Bodegas, otro impresionante, por bello, pueblo serrano, nos presentó su Brioche de tartar de salchichón serrano, miel de Grazalema y yema curada en soja y oloroso, otro alarde de sabor que, quitando un poco del exceso de pan, configuraba lo que yo llamo la sofisticación del bocadillo de salchichón, llevado a un nivel gastronómico superior.
Iba bien la noche, con una animada mesa que compartimos con
el joven y simpático alcalde de la
localidad, Carlos Javier García, su esposa, Mª Isabel Naranjo, la
exalcaldesa y ahora directora del hotel que nos acogía, Casa de La Piedras, Mª
José Lora y los periodistas, Salva Moreno y Chari Sánchez. Antonio del Mar nos
presentó el siguiente vino, Alba Balbaína,
un blanco elaborado con uvas procedentes de uno de los viñedos históricos del
Marco de Jerez, Balbaína Alta, blanco de uvas de Palomino Fino que permanece
cinco meses con sus lías finas, para regalarnos sutiles aromas de flor blanca y
un leve fondo de levaduras. Un contraste peculiar con la Ensaladilla de gamba blanca y crujiente de camarón de la chef, Ana Belén Gallardo de Venta 4 Mojones,
una ensaladilla cremosa con un elegante fondo de marisco y el crujiente de los
camarones.
Y precisamente del anfitrión, Diego Guerrero, fue el siguiente plato, Solomillo ibérico con emulsión de mostaza, miel de Grazalema y almendra
acompañado de crujiente de patata, una carne tiernísima y sabrosa, acompañada
de una espectacular salsa que me supo a poco. Se armonizó este plato con el
tinto de Barbadillo Quadis Crianza,
un multivarietal (Merlot, Cabernet, Petit Verdot y Tintilla de Rota) que recibe
una crianza de 12 meses en barricas de roble francés y americano.
Nos falta el fin de fiesta, la guinda de la noche, el cante
de una promesa que cada vez es más realidad, la delicadeza que envuelve a la
fuerza temperamental que sale por la boca y por el movimiento juncal de los
brazos de Ana Cayetana Atienza Romero,
que nos embelesó a todos con su arte flamenco.
Algo se mueve en la sierra gaditana y este ha sido un
eslabón más de una gente inquieta, emprendedora y con ganas de hacer cosas,
estaremos atentos porque es una maravilla tener una excusa para volver a tan
bella tierra lo antes posible.
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