Un paseo por el Museo Matisse de Niza

El museo dedicado en Niza, ciudad de la Costa Azul francesa en la que residió y murió en 1954 el pintor, a Henri Matisse, está alejado del centro de la localidad. Lejos del bullicio multicultural y turístico de la zona de playa. Tenemos que dirigirnos a una colina al norte de la ciudad, para adentrarnos en un tranquilo barrio, salpicado de bonitas casas, entre las que se encuentra el caserón, en medio de un parque, que alberga el museo. Cerca un yacimiento arqueológico con restos de arquitectura romana.

Móvil de Calder en el exterior del Museo Matisse



Henri Émile Benoît Matisse, nació en 1869 en la también francesa localidad de Le Cateau – Cambrésis, que figura en los libros de historia como sede de un famoso e importante tratado de paz, firmado en el siglo XVI por los reyes Francia, Enrique II y España, entonces Felipe II, y la reina de Inglaterra, Isabel I. Es Matisse uno de los pintores más importantes del siglo XX y de la historia de la pintura y el arte contemporáneos, protagonista de la época de las vanguardias y rival artístico del español, Pablo Picasso

Su obra, colorista y de un fluido dibujo que, como calificaban los italianos del Manierismo, contiene sprezzatura, referida en este caso a una maestría que tiene apariencia de facilidad, de no haber tenido que hacer un gran esfuerzo para lograrla, lo que sin embargo no oculta esa naturalidad y gran destreza en la ejecución.

Maleta de trabajo del pintor
El Musée Matisse de Niza es un recinto coqueto, bien estructurado y donde no solo podemos apreciar significativas pinturas de varios periodos artísticos del maestro, sino también dibujos, carteles, obra escultórica e incluso mobiliario y atrezzo que le sirvió de escenario para sus cuadros. Precisamente este 2023, el museo celebra los sesenta años desde su creación, un año antes de la muerte en la misma ciudad del artista, estableciéndose definitivamente en la Villa des Arènes en 1963, siendo ampliado con una moderna reforma a cargo de Jean François Bodin en 1993.

El vitalista colorido de Matisse, arranca ya en los años 1905 a 1907 con su alineación dentro del movimiento fauvista, que buscaba, precisamente, una liberación del color con respecto a las referencias de los objetos y paisajes reales. Pero Matisse, como también hizo Picasso, se liberó de los ismos para crear un camino propio y personal, libre, por eso quizás tengamos una percepción del pintor como un personaje solitario.

En los cuadros de Matisse vemos, como apreciaba Rothko, quizás al “primer pintor que ha realizado cuadros de superficie”, transmitiendo una tremenda modernidad, entendida por el pintor como una “síntesis expresiva”. En el Museo Matisse, podemos apreciar su evolución a través de su obra, desde un magnífico bodegón en la línea más académica del siglo XIX, según las enseñanzas de su primer maestro, Bouguereau, hasta sus cuadros de síntesis ornamental más moderna, incluidos sus piezas recortadas y sus grandes murales, como sus fondos marinos, pasando por las sensuales y coloridas odaliscas, “calma, lujo y voluptuosidad”, como el nombre de uno de sus más famosos cuadros.  



MUSÉE MATISSE

164 avenue des Arènes de Cimiez - Nice

www.musee-matisse-nice.org


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