La Alcoba, el triunfo de la voluntad de una mujer marroquí

Lasaña de cordero
Los tres arcos de herradura que forman el logo del restaurante La Alcoba, están tomados de la bellísima estancia “La alcoba del rey”, del Alcázar de Sevilla. Pero es más, porque como nos explica Aysha, la joven integrante de la familia que nos atiende con su maravilloso acento sevillano (llegó a nuestro país de pequeña), en Marruecos alcoba no solo tiene el sentido de dormitorio como aquí, sino que puede ser cualquier habitación de la casa, en particular ese salón donde se acoge al visitante y se le ofrece la mejor hospitalidad. 
Tarek, Eddaouia y Aysha

La cocina es el territorio de Eddaouia, renombrada aquí como Claudia, el símbolo de este matriarcado donde además está Tarek, el hermano de Aysha que, como él dice, está para todo, va y viene por el salón y la terraza diligente y siempre con una sonrisa en la boca. Claudia, llamémosla así, es la historia de una mujer coraje, todo superación y lucha por sus hijos. Sin estudios, separada de su marido y sin papeles, llega a España y comienza a limpiar casas y cocinar para particulares y negocios de hostelería, cuando reúne el dinero suficiente y ya ha regularizado su situación en España, se trae a sus hijos y, tras el COVID, se lanzan a montar este pequeño restaurante al final de la calle Santa Clara, llegando a Lumbreras.

Menudo de ternera
Claudia me trajo a la memoria a mi madre y a mi abuela materna, señoras de barrio que se pasaban la mañana cocinando con esa mano experta que no necesita de medidas exactas, sino de tener incrustado en su ADN la cocina tradicional y saber por herencia y buen instinto, las pizcas y los puñados, las especias justas y adecuadas, el punto de sal, en definitiva, una cocina de arraigo, popular, sabrosa y auténtica.

A la mesa fueron llegando las elaboraciones de la casa, incluido un magnífico pan de masa madre. Aceitunas negras maceradas en aceite de oliva, potentes. Dos ensaladas, una que sí y otra que no tanto. La Ensalada Alcoba, a base de zanahorias y berenjenas, nos anunciaba la excelencia culinaria de Claudia cuando trata lo suyo. La Ensalada de pollo a la garrapiñada, me pareció una regular versión de la típica ensalada César, prescindible. 

Cordero sobre cuscús

Patatas mozárabes, me atrevería a decir que a los fans de las patatas bravas, tan españolas, tienen aquí un plato que les encantará, fantásticos gajos de papas con una no menos fantástica salsa, pica sí, pero es lo suyo. Buenísimas las Croquetas de cordero, con una bechamel súper cremosa y un puntito mentolado de fondo. Mientras íbamos escalando en el menú, la jovial y simpática, Aysha, seguía contándonos cosas de su familia, de ella misma, del proyecto y de Marruecos, como por ejemplo llamándonos la atención sobre esa visión un tanto “orientalista” que se tiene del país vecino del Sur, reivindicando ella la occidentalidad mediterránea de Marruecos.

Pinchitos de cordero
Seguía el festival, Lasaña de cordero, plato aromático en la boca, perfectamente especiado (como todos) a la vez que delicado. Menudo de ternera con garbanzos: Plato complicado para un sevillano, pues el fondo de sabor a aceitunas desvirtúa nuestro concepto de una receta tan nuestra, eso y cierto picante, para mí, lo hacen un plato extraño a nuestro paladar. Sabroso y peculiar el Pulpo a la harissa, ésta es una mezcla de especias compuesta habitualmente por ajo, cilantro molido, pimentón dulce, sal gorda y cayena molida, un tanto picante, que se utiliza en recetas de cuscús, tajines, sopas, y en otros platos de la cocina magrebí. 
Ensalada Alcoba

Ojo a lo que viene ahora: Pinchito de cordero, la carne se macera durante 24 horas, perfecto aliño y con mucho sabor. Cordero con manzanas caramelizadas y base de cuscús, para mí el plato del día, nos explica Claudia que habitualmente lo hace con membrillo pero que al no encontrarlo en el mercado lo hizo con manzanas, espectacular de ternura y sabor, el cuscús, con tres tipos de cocción, excelente. Prácticamente al mismo nivel la Pastela de pollo, un delicado juego de equilibrios, absolutamente conseguido entre lo especiado, lo dulce, lo salado, un festival de sabores conjuntados en la boca.

Tarta de queso


Punto final de categoría, un café especiado estilo marroquí acompañando una Tarta de queso y unos pastelillos árabes caseros, la tarta no con sabor a crema de queso, sino a queso de verdad. Un placer desde luego, disfrutar de esta cocina y de la amabilidad de grandes anfitriones de la familia.




Restaurante La Alcoba

C/ Santa Clara, 65

41002 SEVILLA

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