A Pepe Sánchez…de Jarcha
Ese terrible “hachazo” ha sido un cáncer fulminante. Con su guitarra, Pepe puso música andaluza a ese grupo originario de Huelva, Jarcha, que nació al calor de aquella moda del folk de los años setenta, y fueron los mejores. Su ‘Libertad sin ira’ se convirtió en banda sonora de aquellos años difíciles, del paso de la España de Franco, ya en transición antes de la muerte del general que se las sabía todas, a esa nueva España que, con sus luces y sus sombras, alumbraría lo que hoy somos. Jarcha lo cantó: Dicen los viejos que en este país/Hubo una guerra/Que hay dos Españas que guardan aún/El rencor de viejas deudas…
Libertad, libertad/Sin
ira, libertad/Guárdate tu miedo y tu ira/Porque hay libertad/Sin ira, libertad/Y
si no la hay, sin duda, la habrá.
Pepe vivía, con su mujer, Charo, en su casita de Montequinto
(Dos Hermanas, Sevilla). En lo poco que lo conocí, debido a mi amistad con su
hija, Chari (compañera del alma, compañera) me pareció hombre sosegado, con ese
corpachón de buena gente. No le gustaba, me lo decía su hija, que lo animaba a
acudir a algún acto público, figurar en nada, cuestión de modestia, aduras
penas fue el año pasado a recoger, junto a sus compañeros de Jarcha, la medalla
de Andalucía. Todo lo contrario de Chari que es “el rayo que no cesa”,
inquieta, un vendaval de mujer, que no para, que afronta esto como cualquier
hija a la que se le va un padre querido antes de tiempo, con esa pena honda del
pellizco de la cal. Un abrazo para ella, para su madre, para la familia. Y un
sentido descanse en paz para Pepe.
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