Presentada en FITUR la sevillana ‘Ruta del Altramuz’

Cuando un viajero quiere sumergirse en la verdadera esencia del lugar que visita, más allá de los monumentos y museos más famosos, lo cual también es oportuno por supuesto, o los locales y negocios diseñados expresamente para el turismo, intenta conocer de primera mano aquellos barrios históricos y populares donde la vida local late de verdad, los mercadillos y plazas de abastos, tiendas y, naturalmente, esos bares y tabernas tradicionales donde codearse con la población indígena y probar el sabor auténtico de la ciudad.

Hay que atribuir el nombre de ‘Ruta del Altramuz’ a ese inquieto sevillano, emprendedor de tantas cosas y al que habrá que dar algún premio de algo algún día, llamado Rafael Domínguez Fuentes, entre otras cosas, Presidente del Real Club de Golf de Sevilla y promotor y actual gerente de la Asociación Sevillana de Empresas Turísticas (ASET). Un pequeño grupo de amigos frecuentamos dicha “ruta” desde hace años, que no es más, ni menos, que un recorrido por magníficos y tradicionales establecimientos hosteleros que, muchos de ellos, rondan el centenario de su apertura si no lo superan en algún caso. Nos propusimos, como ahora se dice, “poner en valor” dos cosas, la singularidad y tradición popular de esas tabernas y un nexo de unión muy sevillano entre ellas, la bienvenida, junto con la caña de cerveza o el chato de vino, de una conchita inmaculadamente blanca de altramuces amarillos. Y darlo a conocer, para que lo disfruten, tanto foráneos como los mismos sevillanos. 

Reflexioné sobre el tema y me percaté que esa sucesión de bares populares se espacian en el callejero de la zona a la que me voy a referir, igual que las parroquias eclesiásticas (Ómnium Sanctorum, Santa Marina, San Marcos, San Román, Santa Catalina). Desde donde se ubicaba el foro romano de la antigua Híspalis, en el entorno de la actual plaza de la Alfalfa, hasta prácticamente el Arco de la Macarena, podemos situar un eje que se superpone y prolonga al plano histórico de aquella Sevilla romana respondiendo, al trazado de su cardo máximo (recordemos el trazado cuadricular de las ciudades romanas, segmentados en cardos, ejes norte sur, y decumanos, ejes este oeste). Así tendríamos la línea que marca claramente la calle San Luis y, paralelamente, la calle Feria y sus aledaños.

Coincide esa reflexión histórico - cultural con la gastronómica, pues el altramuz ya se consumía habitualmente en Roma, también en la Grecia clásica, y era valorado como “súper alimento”. Propiedades nutritivas y saludables en las que no me voy a detener pero que pueden ustedes consultar en la red. Y si quieren información más precisa sobre esta legumbre, su historia, sus propiedades y otras cuestiones sobre esas perlas doradas, les recomiendo la consulta a la web https://www.saladitos.com/

Saladitos es una empresa familiar del sevillano pueblo de Paradas, que es al altramuz sevillano lo que Cruzcampo a la cerveza local, de hecho, con más proyección internacional, pues con tesón y trabajo, han sabido, más allá de ser líderes del sector local, expandir sus ventas al ámbito internacional, con singular presencia en Oriente Medio, donde son profusamente consumidos sus altramuces tanto en Israel como en los países árabes. Son varias las referencias de reputados escritores latinos hispanos a los altramuces, como el poeta Marcial o el reputado gastrónomo desde la antigüedad, Apicius. Desde un primer momento en que se lo propusimos, Saladitos acogió con entusiasmo la idea y ha sido fundamental para que, al fin, coja forma y se plasme con sus complementos, “La Ruta del Altramuz de Sevilla”

Como bien señaló en la presentación de ‘La Ruta del Altramuz’ que el pasado jueves 23 de Enero tuvo lugar en el stand que la Oficina de Turismo del Ayuntamiento de Sevilla ha tenido en FITUR, su director, Antonio Castaño, “el altramuz es una seña de identidad sevillana, una sonrisa de bienvenida con la que te reciben en cualquiera de nuestros bares tradicionales”. Son más de 2.000 años de historia de consumo del altramuz desde las tabernae vinareae tanto de Híspalis como de Itálica, hasta nuestras tabernas sevillanas de ahora. Hoy un acompañamiento sano y nutritivo a nuestra caña de cerveza o ideal también acompañando un fino, una manzanilla o un mosto del Aljarafe.

Los bares acogidos a la ‘Ruta del Altramuz’ lucirán un distintivo en la puerta y, naturalmente, ofrecerán con la bebida un platito de altramuces. Desde el Arco de la Macarena, podemos ir recorriendo, entre otros, la historia de las tabernas de Sevilla, en las sedes de Bodega Soto, de Bodega Camacho, de Bodega Umbrete, de Casa Julián, de la Taberna de Gonzalo Molina, pararnos a degustar el inigualable bacalao en Bodega Mateo Ruíz, parar en el Vizcaino de la plaza de Los Carros, llegar al corazón de santa Catalina, con El Rinconcillo, Los Claveles, El Tremendo, hasta el mismo corazón del Foro, con la Bodeguita Aurora o La Mina.

Por supuesto que esta ‘Ruta del Altramuz’ inicial, puede convertirse en La Sevilla del altramuz, donde podrán tener cabida bares y tabernas de otras zonas, de hecho ya se han interesado por el tema emblemas del barrio de Santa Cruz, como La Fresquita o el bar de Álvaro Perejil. Y no nos olvidemos de los barrios.

La idea es ir paso a paso, consolidando la primera “Ruta”, que será presentada oficialmente en Sevilla en breve y a partir de ahí, dar su sitio y valorar, un producto y unos bares tan nuestros. Sin descartar un salto gastronómico  para una legumbre tan versátil y saludable, donde la implicación de reputados chefs y restaurantes, será fundamental para la creación de recetas que elevarán la categoría del altramuz a producto gourmet.

Fotografía: Elena Rando Lahoz

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