Adiós a La Antigua Abacería de San Lorenzo

La mágica noche de san Juan se ha producido una noticia que ha sacudido el mundillo de la hostelería sevillana, pero que va más allá del cierre de un negocio, porque La Antigua Abacería de San Lorenzo no es un bar más, es una joya de nuestra historia viva sevillana, de nuestra cultura e identidad, tanto en su misma configuración física: su edificio, su mobiliario, su decoración, su estructura; como en su patrimonio gastronómico, ya que Ramón López de Tejada y su equipo nos brindaban la posibilidad de probar guisos y antiguas recetas, ya difíciles de encontrar en otros restaurantes y bares.

Sacamos los tanques a la calle pero dejamos morir nuestro patrimonio más identitario, nuestras señas de identidad más originales, en aras de una malentendida modernidad. Por cierto que el flamante nuevo alcalde, más allá de poner un tuit de pésame, podría interesarse más a fondo por el tema.

No me gusta este mundo de infinitas prohibiciones y reglamentaciones, que a veces parecen más inventadas para mantener la macroestructura burocrática que para verdaderamente proteger a unos ciudadanos que se ven desbordados por reglamentos, normas y prohibiciones que nadie alcanza a conocer del todo y que convierten cualquier iniciativa empresarial en un maratón burocrático que quita las ganas al más pintado. 

Es ese desaliento ante las normas impuestas la que ha hecho a La Antigua Abacería de San Lorenzo tirar la toalla después de 27 años dando gloria bendita a los sevillanos. No sé cuantas decenas de bares y restaurantes en Sevilla no cumplen las normas impuestas para las licencias de apertura. No voy a dar nombres, pero sin salir del ámbito del barrio de San Lorenzo alguno hay. Si no vamos a respetar las peculiaridades de un sitio histórico, todo se nos va a quedar en bares clónicos, franquicias iguales unas a otras.

¿Cuántos locales hosteleros hay en España en sitios peculiares, históricos, originales? ¿Hay que cerrar todos los que no cumplan escrupulosamente las normas dictadas muchos años después de su apertura? ¿Qué hacemos con las cuevas restaurantes de la Cava Alta de Madrid? ¿Todos cumplen las normas de seguridad impuestas? Por cierto ¿alguien sabe algo de la cadena de restaurantes en uno de cuyos locales murieron dos personas y otras resultaron heridas en un incendio recientemente? Este grupo tiene varios locales en Sevilla ¿Qué ha dicho la empresa? ¿Se han revisado sus locales, están todos adecuados a la normativa?

Podría seguir varias páginas con este tipo de cosas. como por ejemplo el engaño de las llamadas “abacerías”, licencia que no existe en la normativa de locales en Sevilla, hay bares y hay tiendas de ultramarinos, lo de abacería para eludir la licencia de bar sin tener las condiciones requeridas, por ejemplo dos baños públicos o el estar en zona declarada saturada para la hostelería, es común y se hace la vista gorda.  

El edificio donde hasta ahora ha estado radicada La Antigua Abacería de San Lorenzo, es una casa histórica protegida como bien de interés cultural, por tanto no puede ser alterada ni mucho menos derribada, por lo que no podrá, esperemos, convertirse en otro hotel o en otro edificio de apartamentos turísticos, tampoco, lógicamente, podrá traspasarse como negocio de bar y restaurante.

El caso es que perdemos un negocio, otro más, inscrito en la historia local reciente, como nos decía el propio Ramón en una entrevista, mucho más que un local para comer y beber, un centro de cultura sevillana. El cierre de La Antigua Abacería de San Lorenzo, no es, en el fondo, una decisión personal del propietario, es el final de un callejón sin salida que apena y cabrea al mismo tiempo.  


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