Fernando Remírez de Ganuza, un grande de Rioja

Aún recuerdo el día que conocí personalmente a Fernando Remírez de Ganuza, fue en un almuerzo en El Faro de El Puerto de Santa María previo a una cata que se ofreció por la noche, por parte de Viñafiel Cádiz, su distribuidora entonces, a la hostelería de la provincia. La cata fue un tremendo éxito por la convocatoria, numerosísima de profesionales de la hostelería gaditana y por el éxito de unos vinos espectaculares. Hoy me llega la noticia, vaya racha llevamos, de la muerte de Fernando. Hoy día morir a los 73 años es morir joven. Una gran pérdida para el mundo del vino español.

Hombre serio, de palabras precisas, sus vinos hablan por él. Vinos que contribuyeron a poner al día los vinos de Rioja, desde la fundación de su bodega en 1989. Entonces pocos tenían mesa de selección. Nos habló de como se usaban las puntas de los racimos para unos vinos y los hombros para otros. Su conocimiento de la compra venta de viñedos viejos, le permitió seleccionar buenos pagos para su proyecto. Introdujo cámaras de frío y comenzó a emplear barricas de roble nuevas para la crianza de sus vinos, algo habitual ahora en los vinos de alta gama. 

Un lugar histórico para el vino de Rioja Alavesa, Samaniego, es la localidad donde se encuentra la bodega. Cerca, los viñedos, pagos de tempranillo, graciano, viura y malvasía que ocupan más de 80 hectáreas en el entorno alavés de Sierra Cantabria. Su Erre Punto habla de los vinos jóvenes tradicionales de la Rioja Alavesa, con la chispa frutal de la maceración carbónica. Su blanco demuestra que Rioja es tierra de grandes vinos blancos, su crianza de 8 meses y la permanencia con las lías, dan un cuerpo, una estructura y una complejidad espectaculares. Y por supuesto, los tintos de crianza, desde el que lleva sus apellidos y nombre de la bodega, pasando por el magnífico Trasnocho, elaborado con su innovadora bolsa de agua para exprimir los hollejos, hasta sus extraordinarios Fincas de Ganuza y María Remírez de Ganuza.

Fernando Remírez de Ganuza había nacido en el pueblo navarro de Meano, su Gran Reserva 2004 fue el primer rioja de esa categoría en obtener 100 puntos Parker. Descanse en paz.

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