Niepoort, la otra cara de Oporto

Dice un refrán popular que “todo es según el color del cristal con que se mira”. Sin caer en un irredento relativismo, es verdad que muchas cosas son opinables, y esto es manifiestamente palmario en cuestiones gastronómicas y, por supuesto, del mundo vino. En una cata como por ejemplo, la magnífica que nos ofreció Delatierra en su casa de la sevillana calle Adriano con los vinos del grupo portugués, Niepoort, de entre los 16 vinos catados, cada cual tendrá sus preferencias. Bien es verdad que, lógicamente, hay unos parámetros objetivos para determinar la calidad de un vino, pero, y vayamos a la frase del padre del gurú actual de esta prestigiosa bodega, Dirk Niepoort, que dijo, cuando su hijo comenzó con su pequeña revolución de vinos tranquilos: “los vinos que hace mi hijo son una mierda”, transcripción más o menos literal que nos trasladó la directora de esta interesantísima cata, Ana Osorio, la joven embajadora de marca de la bodega. 

Es que debe de ser complicado para un bodeguero cuya familia lleva negociando con grandes vinos de Oporto desde 1842, que al niño le dé por vinos jóvenes, frescos, de alta acidez, casi los vinos caseros, y sin el casi, que los agricultores hacían cada año para su consumo familiar. Vinos de la región portuguesa de Douro, prolongación natural del Duero español, con esos espectaculares viñedos en terrazas escalonadas sobre el lecho fluvial y, no olvidemos, donde crecen las uvas que luego maduraran como vino fortificado en las bodegas de Oporto.

La cata ofrecida por Delatierra, como representante local de Vila Viniteca, distribuidor para España de Niepoort, tuvo la singularidad de ofrecernos los vinos tranquilos del grupo, además con una panorámica de sus bodegas en diversas comarcas vinícolas europeas, como muestra su colección de vinos Nat Cool. Y como muestra de la singularidad de esta cata, el primero de los 16 vinos catados ni siquiera fue un vino, sino un espumoso elaborado a base de kombucha, ya saben, ese fermentado con base de té, un refresquito muy vivo, donde priman las levaduras, las notas panaderas y los herbáceos con un punto amargo. Libre de alcohol, es una opción para esos que todavía no han descubierto el paraíso del vino. Por cierto, Niepoort tiene en Portugal la única plantación de té existente en el continente europeo.

Centrándonos en los vinos, digamos que hay tres parámetros que definen los de Dirk Niepoort, que por cierto tuvo el detalle de entrar unos minutos por video conferencia al final de la cata. Esos parámetros son: frescura, buena acidez con bajo grado alcohólico y larga permanencia en botella antes de salir al mercado. Así lo probamos en su Piu Piu Petnat de la bodega alemana FinWine, fruto de la colaboración de Niepoort con Philip Kettern. Blanco ligero y floral, un 100% Riesling de la zona de Mosel. De la misma uva y zona, dentro de lo que se denomina en el grupo proyecto Nat Cool, esto es, vinos sencillos y rústicos de consumo más inmediato y con botellas de 1 litro, el Drink Me (nombre también común a varias etiquetas) un blanco ligerito. El más interesante, para mí y creo que para todos los presentes, de este lote, es el FIO Socalcos, un blanco alemán de nariz más profunda, floral con un fondo levemente cremoso que le aporta su crianza en fudres viejos de madera (Dirk es un tanto reacio a las maderas nuevas), aunque sigue siendo un vino fácil de beber, fresco, pero con más profundidad y volumen. 

La variedad y mezcla de hasta 80 varietales en los viñedos tradicionales del Douro, nos da vinos característicos como el Redoma Douro 2023, con esa buena acidez marca de la casa, las pizarras y granitos de los suelos de la zona, dan frescura mineral a este blanco. El Nat Cool Bairrada (una interesante comarca vinícola portuguesa) es el primer tinto que llega a las copas. Un monovarietal de Baga, la reina de Bairrada, que nos muestra una capa muy baja de tonos rojizos, manteniendo las características fundamentales de los blancos, buena acidez, ligereza y un tono de vino casero rural con un toque de sofisticación. En la misma línea el Nat Cool Dao, comarca vecina de la anterior, elaborado a partes iguales con Baga y Jaén (Mencía), ligero, fresco y muy fácil de beber. Nat Cool Navarra 2021 es otra colaboración de bodegas, en este caso con la navarra Viña Zorzal, para elaborar este ligero tinto de garnacha, algo más intenso de color que los anteriores, donde nos acercamos un tanto a gustos más frecuentes entre nosotros, como sus notas de fruta roja.

Pero si hablamos de un vino de Niepoort cercano a gustos más populares en España, tendremos que mencionar el siguiente de la cata, Alonso Quijano 2021, un tinto del Douro que cambia de etiqueta según el país de comercialización. Una interesante nariz de frutillos rojos y notas vegetales, con un 2% de madera nueva en su corta crianza que, no obstante, le otorgan una elegante cremosidad.

Solo 600 botellas para España salen al mercado de Conciso 2021. Lo probamos en avanzada (tipo de comercialización que consiste en comprar el vino en bodega, antes de que se termine su crianza, con lo que se consiguen precios más económicos, como dijo con precisión la sumiller Ruth Rosique en la cata: “como comprar un piso sobre plano”) Baga y Jaén de Dao con 22 meses de crianza en fudres viejos. Más serio en nariz, con notas de guinda en licor sobre tostados del roble, aunque en boca tiene ese algo acuoso de los vinos catados y cierta añejez al final.

Charme 2023 es otro nivel. Un tinto de Douro, al estilo borgoña según Ana Osorio, que creo fue el favorito de la cata (Oporto aparte) de la mayoría. Un vinazo cuya uva se pisa en lagares abiertos, son pies de cuba de oportos. Una muy elegante nariz con notas de madera y frutas rojas maduras. En boca es sutil, elegante, suave y envolvente, con unos recuerdos de caramelo de violetas con toque balsámico, fruta roja de nuevo, fresco y frutal, largo. Lo que pasa es que hablamos ya de vino de cerca de 100 euros (precio distribución) de la botella. Como el siguiente. Batuta 2020 (Douro) Si Charme es el borgoña, este es el burdeos de la bodega. Más rojo, con larga maceración de hollejos. En nariz fruta madura. Con más tanino en boca. 

Tres exquisitas propuestas para ir terminando la cata. Un oporto por lo menos era inexcusable, y que mejor que un Niepoort Colheita 2012, la grandeza de los vintages. Precioso color ámbar brillante. En nariz la avellana americana y barnices finos de maderas elegantes, fondo de pasas y orejones. Denso y fino en boca, tabaco, pastilla de café con leche, frutas pasas. Elegante y larguísimo, expresando la personalidad de esta bodega para los vinos tradicionales de Oporto.

Una singularidad: CabiSehrNett 100% Riesling de Mosel. Otra colaboración con Kettern, en este caso para un blanco dulzón que nos trajo recuerdos de heno y herbáceos, con notas azucaradas.



Y para finalizar la cata, otra colaboración, esta mucho más cercana para nosotros, la de Niepoort con la sanluqueña Bodegas Barbadillo, para presentarnos una Manzanilla Niepoort de singular vestido, procedente de tres botas seleccionadas y donde Dirk Niepoort ha querido seguir buscando el efecto de los vinos jóvenes, pretendía una manzanilla con menos de dos años, cosa que no permite el Consejo Regulador. No obstante, nos ofrece una manzanilla densa, mantecosa, muy buena.

Me fio mucho del regusto que voy paladeando en el camino de vuelta tras asistir a una cata y he de reconocer que las sensaciones que quedaron en mi memoria gustativa tras esta cata de Niepoort han sido excelentes. Y la organización de Delatierra, como siempre, perfecta.

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