Cata de Sake de la Asociación de Sommeliers de Sevilla en Bonobo
Interesantísima cata dentro de las organizadas mensualmente
por la Asociación de Sommeliers de
Sevilla, la que nos convocó este martes en la magnífica terraza del restaurante Bonovo, un
local donde es difícil no distraerse con el bello atardecer sobre el Guadalquivir,
mientras asistíamos a las explicaciones que nos proporcionaban, Almudena Alberca (Master of Wine) y
conductora de este periplo por la bebida japonesa por antonomasia, y la
representante de la Japan Sake and
Shochu Markers Association, Miwa
Nakamura.
Un fascinante mundo, como lo es a mi parecer todo lo
relacionado con la cultura y la gastronomía nipona, donde nuestras anfitrionas
nos fueron introduciendo a través de las más de 120 variedades de sake y sus
maneras de elaboración, con un número de 1.200 bodegas en todo Japón. Entre
otras curiosidades, Alberca nos habló de la importancia de la fuente de agua
para la elaboración, ya que supone el 80% del total de este licor de arroz,
además de la función realizada por el hongo koji y las levaduras. Otra
curiosidad, los diferentes porcentajes de pulido del grano arroz, que puede ver
reducido su tamaño hasta más del 70%, siendo una circunstancia importante para
las características finales del sake. Bebida que suele envejecer en tanques de
acero inoxidable y, excepcionalmente, en barricas de madera. Algunos llevan
alcohol añadido. Las variedades de arroz empleadas para su elaboración
también son diversas, como tuvimos ocasión de probar en la cata de hasta siete
sakes. Todo ello da como resultado unas características diferentes, aun
permaneciendo en ellos un fondo similar que nos remite al sabor umami, pero
donde hay también frutosidad que, dependiendo del tipo, nos evocan a la manzana,
la pera, el plátano o el melón amarillo que se apreció por ejemplo en el
primero de ellos (Kid Junmai Daiginjo). También encontramos alguno que nos
recuerda notas de vinos generosos españoles, como en la cata 5 (Kaori Hanayagu
Junmai) donde las levaduras de vino empleadas en su elaboración nos remiten a
tales vinos. Elegantes y largos en el paladar los más envejecidos, como el
Keiryu Daikshu, muy sutil en su potencia.
Una cata, repito, muy interesante, donde hay que agradecer a
la Asociación Sevillana de Sommeliers
y al equipo de restaurante Bonobo,
la perfecta organización y servicio del acto.
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