Puratasca. Tan bueno como siempre
No voy a hacer hincapié en las fugaces presencias en Sevilla
de súper estrellas de los fogones como Ferrán
Adrià (La Alquería de Hacienda Benazuza) o Martín Berasategui (Santo en Hotel EME). Aunque fueron cantera de
grandes profesionales locales y germen de lo que se vino desde la segunda
década del siglo XXI. Y aquí llega Puratasca,
un pequeño local de Triana que, pasito a pasito y con el trabajo constante y
brillante de su chef, Raúl Vera,
hombre reservado y amable que, después de quince años desde su apertura en
Noviembre de 2009, mantiene el listón tan alto como el primer día.
Puratasca ha optado por mantenerse en el local fundacional, sin extenderse en una cadena de sucursales, ni en emprender aventuras con otros socios, o tantas cosas arriesgadas por las que tiran la mayoría. Allí sigue en su rinconcito de la calle Numancia, haciendo feliz a su numerosa clientela habitual y también a muchos que llegan por primera vez y tienen la suerte, o el buen tino, de descubrir este sitio.
Una cena me ha hecho volver a disfrutar de la cocina y el servicio de Puratasca. Solo un pero, mejorable la bodega, pero bueno, no se complican la vida en eso. En los platos lo que para mí es marca de la casa: sutileza, finura en la ejecución que se transmite en la boca, donde puede haber fuerza gustativa pero siempre envuelta en guante de seda, como sus gambas a la plancha con un aliño perfecto. Gustosísima la presa semicurada, con un toque de soja y un aove espectacular, todo elegancia. Impresionante su bacalao en tempura sobre salsa de puerros. Para finalizar con un postre a la altura de ese alarde de delicada exquisitez.
En definitiva, Puratasca
sigue rayando a un altísimo nivel dentro de lo que llamo la nueva hostelería
sevillana, ese camino emprendido por nuevos cocineros que irrumpieron con
fuerza y renovaron el mundo de bares y restaurantes locales.
Puratasaca
Calle Numancia, 5
41010 Sevilla
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