El rioja del cónclave vaticano

Habemus vinum, podría decir el sumiller de las estancias papales. “El único vino de Rioja que se sirve en el Vaticano”, reza en la etiqueta de la botella que conservo desde 2011, esta edición en concreto, se embotelló especialmente para conmemorar la visita de su Santidad Benedicto XVI a la Jornada Mundial de la Juventud que aquel año de 2011 se celebró en Agosto en Madrid.

Bodegas y Viñedos Heras Cordón, con generaciones de tradición vinícola familiar, construye nueva bodega en el municipio riojano de Fuenmayor en 1995 para continuar la elaboración y crianza de vinos de Rioja Alta. Desde el papado de Juan Pablo II sus vinos son suministradores oficiales del Vaticano, a donde se envían unas 2.000 botellas al año. 

El vino que podrán degustar los cardenales reunidos en cónclave bajo la bóveda de la Capilla Sixtina pintada por Miguel Ángel, no está a la venta para el público, es un vino especialmente seleccionado. Pero si se puede comprar y degustar el vino que, con similares características, pone la bodega a disposición del público, su Heras Cordón Vendimia Seleccionada. Un vino con uvas provenientes de viñedos propios que se encuentran tanto en Rioja Alta como algunos en términos de la Rioja Alavesa, ya que Fuenmayor es un municipio frontero entre Rioja y Álava.

El ensamblaje habitual de Heras Cordón Vendimia Seleccionada tiene un 80% de tempranillo, un 10% de mazuelo y otro 10% de graciano. Suelos arcilloso – calcáreos muy pedregosos, con una media de altitud de 550 metros y una antigüedad de unos 25 años mínimo. Tras la vendimia manual, las uvas son tratadas con mimo, fermentando en su punto óptimo de madurez en acero inoxidable, tanto la primera fermentación como la maloláctica posterior. Para recibir luego una crianza de 13 meses en barricas de roble americano.

Como resultado un vino que nos muestra las características de los tintos tradicionales de Rioja, con una capa de color granate de bordes rojizos. En nariz frutos rojos maduros bien ensamblados con notas de la crianza en madera (vainilla, cacao), apreciándose al oxigenarse toques minerales y maderas aromáticas. Una boca bien terminada, fresca y sedosa, donde las frutas rojas maduras y la ciruela se equilibran con los torrefactos (pastilla de café con leche) dejando un largo y elegante postgusto.

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