Presentación de la saca 2025 Fino en Rama Fernando de Castilla

Un año más, y van ya tres, la jerezana Bodegas Fernando de Castilla, ha presentado en el patio de su bonita y coqueta bodega de la calle Jardinillo de Jerez de la Frontera, su nuevo Fino en Rama 2025. Vestido de nuevo con un diseño de etiqueta de Hugo Zapata, como nos comentaba el propietario de la bodega desde 1999, Jan Pettersen, un noruego muy jerezano, se elige mayo para la saca anual porque es cuando el velo de flor está en su apogeo. 

Con una vejez media de seis años, este fino elaborado por el tradicional sistema de soleras y criaderas, nos muestra este año en la copa un amarillo más dorado. Las notas aromáticas propias de la Palomino Fino de los vinos generosos de crianza biológica, en este caso de uvas provenientes del tradicional Pago de Añina, se muestran punzantes en la nariz, trayéndonos recuerdos de la flor, de almendra, manzana verde y galleta. En boca es untuoso, largo y elegante. Un vino muy adecuado para acompañar los manjares que algunos productores han tenido a bien ofrecernos en este simpático acto. Os cuento:

Funciona a las mil maravillas con el jamón ibérico de bellota de la casa Montesierra, también con las extraordinarias conservas, semiconservas y salazones de atún de almadraba de la barbateña Herpac. Impresionantes los chicharrones recién fritos de La Chicharronería jerezana de Javi, muy suculentos y originales sus chicharrones al PX. Otra grata novedad, las ostras criadas en mar abierto que nos trajo desde Conil la firma MarConil, un beso de mar, salinas y untuosas. Para ayudar con todos los bocados los magníficos picos y regañás de Obando.

Hablando de ostras, maridaron también perfectamente con el Blanco Yema de Fernando de Castilla. Una novedad de la bodega. Un blanco seco elaborado 100% con uva Palomino Fino sin encabezar. Como nos contaba, Jan Pettersen, permanece durante cinco meses con sus lías en depósito, sin crianza en madera y sin velo de flor, pues, nos comentó, la bodega busca mostrarnos el potencial frutal y floral de la Palomino en este tipo de vinificación. Y la verdad es que es un vino fresco, fácil de beber, con una inusual potencia aromática en este varietal en vinos de este tipo. Muy agradable y muy versátil para muchísimos platos donde lo primero que se me viene a la mente (y al paladar) son gambas y langostinos cocidos o una buena corvina, un pargo o una lubina al horno.

La tradicional presentación en Bodegas Fernando de Castilla de su Fino en Rama, es un agradable acontecimiento previo a la próxima Feria del Caballo jerezana. Un vino que solo cuenta con 3.600 botellas procedentes de una selección de ocho botas elegidas personalmente por Pettersen de entre las 300 botas donde envejecen los finos de las series Classic y Antique de esta bodega que tiene sus orígenes en 1837. 

La bodega ha reservado de cada saca un cupo propio que ha estado envejeciendo en sus botelleros, y en esta primavera lanzará una edición limitada de estuches con la cata vertical de las tres ediciones, con un objetivo didáctico que permitirá apreciar plenamente la noble y enriquecedora evolución de los vinos de crianza biológica, una de las tendencias más en boga últimamente en el mundo del Jerez.

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