San Jorge y el dragón, el libro y la rosa

No creo que jamás, aquel soldado nacido en Capadocia, al servicio del emperador romano, Diocleciano, pensara que sería patrón de varios países y que su leyenda, alimentaría el ideario medieval llegando hasta nuestros días. Jorge, Jordi, Gorka, Georgios, George, ya no es solo un día de fiesta y celebración en Cataluña, en España, sino que la costumbre de regalar un libro y una rosa al enamorado o enamorada, ha calado en muchos rincones del mundo.

Quiso la casualidad de maravillosas coincidencias que, quizás los dos representantes supremos de la literatura universal, el inglés, Shakespeare y el español, Cervantes, muriesen casi el mismo día, el 22 de Abril el alcalareño lo hacía en Madrid, unas horas más tarde, el británico cerró los ojos en su misma localidad natal, Stradford-Upon-Avon. Gracias a ellos, se celebra el día del libro en esta fecha.

Cuenta la historia del soldado, que Jorge murió también un 23 de Abril, sentenciado por el mismo emperador al que defendía, el cual desató una terrible persecución contra los cristianos, condenando al que después fue santo, por no abjurar de su fe, a ser decapitado, apenas tenía 30 años de edad. Aquello ocurría varios siglos antes de que los dos escritores máximos, crearan sus maravillosas obras, la fecha señalada por la historia fue el 23 de Abril del año 303. 

Cervantes y Shakespeare

El caballero, San Jorge, con su reluciente armadura y su caballo blanco, salvó a la dama cautiva en la cueva del dragón, ese animal mítico que tanto juego da hoy en las interpretaciones fantasiosas de un soñado medievo en películas y series, liberando así a la ciudad (Beirut, en la vieja leyenda).

Desde la Casa Batlló, con la genial interpretación arquitectónica de Antonio Gaudí, la historia de San Jorge y el dragón observa el ir y venir de cientos de personas por el populoso Paseo de Gracia barcelonés. Junto a ella, otras casas modernistas de la época, principios del siglo XX, que forman una manzana dorada, esta sí, de arquitectura civil: la Casa Amatller, del prolífico, Josep Puig i Cadafalch; la Casa Lleó Morera, del no menos importante arquitecto, Lluís Domenech i Montaner; la Casa Mulleras, de Enric Sagnier y la Casa Josefina Bonet, de Marceliano Coquillat. Hoy muchas de esas personas que recorren tan principal vía barcelonesa, portarán un libro y una rosa para alguna persona muy especial para ellos. Día de literatura y de enamorados ¿se pueden pensar, en este mundo de hoy, en algo mejor?

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