Caluroso mediodía en
Villa
Luisa, jardines con fuentes, pérgola con plantas, sevillanas maneras de
mitigar el sol de un abril con un tremendo cielo celeste. Faltó un riego del
suelo, llegué a casa con los zapatos como si llegase de una Feria antigua en el
Prado. Tiza y albero de albariza en la copa de
Tío Pepe en rama, lo más seco que uno puede echar en una copa de
vino.
Hablemos del vestido. Tremendo acierto el encargo del diseño
de las últimas ediciones de este emblemático fino de Bodegas González Byass al fotógrafo y diseñador gráfico, Hugo Zapata. Por cierto, Hugo ¿la web
solo en inglés? Hombreeee. La etiqueta de este año, sobre la tradicional
botella oscura, es una cromática armonía de clasicismo y modernidad, un verde
canto al viñedo, a la uva y al vino.
Dentro de la botella el fruto elaborado de las
Palomino Fino de Macharnudo y Carrascal,
pagos míticos de Jerez. Oro un poco velado por esa falta de filtrado exhaustivo
que pretende trasladarnos el vino como si lo sacáramos de la bota con la
venencia. Olor que se dispara “hasta los sentíos”, que diría un castizo, seco,
terroso, un punto de velo flor, de almendra, de flores blancas. Cuerpo en boca,
pero fresco y con buena acidez, ligero dentro de lo suyo. Largo en el paladar,
se te queda en el recuerdo.
Es el fruto de una bodega que cuenta con un artífice del
vino tan excelente como, Antonio Flores.
Un trabajo constante de prueba de botas para seleccionar 98 de 20.000, ahí es
nada. Tarea larga y compleja en la que ahora cuenta con la ayuda de su hija,
Silvia, continuadora de la saga.
Por lo demás, una agradable reunión donde saludamos amigos
habituales y otros a los que veo menos. El año pasado en los jardines del
Alcázar la cosa fue muy
sociality,
este año ha sido, como habitualmente, más para profesionales del sector, bueno,
equilibrado, y van ya 14 ediciones. Dos detalles afortunados, los homenajes a
Pepe y
Manolo Rodríguez, La Fresquita y
Cateca, dos tabernas imprescindibles de Sevilla. También el
reconocimiento a la sumiller del Gourmet de El Corte Inglés del Aljarafe,
Flores López, por su atención especial
a los vinos de esta bodega. Además pasó por allí el señor Alcalde.
Por cierto, muy bueno el catering de alfardos (La Almazara de Carmona). Faltó un detalle importante, la habitual botella de regalo a
los invitados, se ha cambiado esta vez por un ejemplar especial de la revistita
gastronómica del periódico de las tres letras, qué le vamos a hacer, los
acuerdos comerciales mandan.
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