La naranja mecánica en San Lorenzo
Entrevistaba en enero de 2019, en mi antiguo programa de Radio Tomares, La Factoría Fenicia, a Ramón
López de Tejada, propietario y alma mater de La Antigua Abacería de San Lorenzo, emblemático bar y restaurante
sevillano que ha cerrado sus puertas definitivamente, este principio de verano.
En la charla con Ramón nos contaba este hostelero que ha
llevado por bandera los productos y las recetas clásicas de la cocina española,
que con La Antigua Abacería de San
Lorenzo no solo pretendía dar de comer y de beber, sino devolverle a la
sociedad lo que esta le da a ellos.Así se hacía con su tradicional certamen
literario de relatos gastronómicos, sus tertulias, sus exposiciones temporales,
presentaciones de revistas, incluso pases de moda flamenca o sus diversos actos
y catas entorno al mundo del vino y la gastronomía.
En una esquina de la calle Teodosio, una casa de finales de
finales del siglo XVII, la más antigua de ese tramo, la única casa de Sevilla
con esquina torreón y una de las más antiguas de la ciudad. Ello hace que esté
protegida como bien de interés cultural. Una muestra viva del espíritu barroco
hispalense, por su mismo origen y por su estructura y decoración. Ramón siempre
ha pretendido mantener ese espíritu en el ambiente.
Sus escaparates temáticos siempre han reflejado la época del
año y sus diversas celebraciones tradicionales. Un lugar peculiar en
definitiva, que se ha visto arrastrado por ese espíritu proteccionista y reglamentarista
de la macroburocracia actual. No discuto que la administración pública debe
velar por la seguridad del ciudadano, pero no ha de ser un ente amorfo y frío,
sino tener ese factor humano sensible a las realidades de nuestra historia, de
nuestra cultura, tradición e identidad
propia.
La Antigua Abacería
de San Lorenzo es uno de esos numerosos locales de hostelería que hay
repartidos por toda España, ubicados en sitios históricos y peculiares que
cautivan al que entra desde la misma puerta. Si no se protegen estos sitios,
todo quedará en franquicias clonadas, bares y restaurantes todos iguales, a la
moda del momento. Podría decir que en 27 años de vida no ha ocurrido ninguna
desgracia en La Antigua Abacería de San Lorenzo, aunque alguien contestará:
“hasta que ocurra”, pero no ha sido el caso, que sin embargo si ha pasado, por
desgracia incluso con resultado de muertes, en locales de reciente apertura
que, se supone, tendrían su correspondiente licencia de apertura tras cumplir
todas las normativas.
Dirán ustedes que qué tiene que ver lo de “La naranja mecánica” con La Antigua Abacería de San Lorenzo, me
explico. Hace unos días vi en una plataforma televisiva un interesante
documental sobre la primera proyección en España de la polémica película de Stanley Kubrick, me llamó mucho la
atención escuchar, al final del documental, a varios jóvenes, entre veinte y
treinta y tantos años, decir que no habían visto la película y que habían oído,
en el mejor de los casos, hablar de ella. Tras el visionado del film esos
mismos jóvenes opinaron casi unánimemente dos cosas: que les gustó la película
y que hoy por hoy su estreno sería inviable. De la censura franquista a la
censura wok. Hago el paralelismo con
el caso de La Antigua Abacería de San
Lorenzo, hoy día no le hubiesen permitido abrir, pero no hagamos esa
censura retroactiva, no impongamos las normas actuales a negocios históricos
que forman parte de nuestra cultura e historia viva como ciudad.
(Publicado en Diario de Sevilla el 4 de Julio de 2023)
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