ALTOBRASA, parrilla de carnes en el Mercado de Triana

Juan Díaz es un joven empresario que ha montado, con entusiasmo y ganas de hacer las cosas bien, Altobrasa, un pequeño local que ocupa uno de los puestos de la plaza de abastos de Triana en la parte más cercana al famoso puente que cruza el Guadalquivir.

Dimensiones reducidas pero bien aprovechadas y con una terraza muy coqueta donde no falta el detalle de un bonito centro de mesa floral, imaginamos que del negocio vecino. Un equipo atento y diligente nos atendió en un día donde algunos gastrónomos de la ciudad y un grupo de eso que se llama ahora influecers, disfrutamos de una comida con la siempre inestimable atención del gran Pepelu Martínez, responsable del departamento de marketing del grupo, como anfitrión. 

Cecina de buey

La vitrina climatizada con diversos cortes de carnes y una gran cartela donde se detallan los tipos de vacuno a disposición del cliente, además de otras opciones tanto en carnes como en entrantes y ensalada, nos provocó los jugos gástricos. Y por los entrantes comenzamos, precisamente con dos que cuadran perfectamente en un lugar que lleva la carne por bandera, una buena Caña de Lomo Ibérico y una extraordinaria y gustosa Cecina de Buey. Llegó a la mesa una prescindible Crema de tomate con especias, huevo escalfado y queso gratinado de base que, estando buena de sabor (recordaba una pizza sin masa), no es precisamente lo que venimos a buscar a una parrilla de carne aunque tampoco esté mal ofrecer algunas alternativas. El nivel subió con unas muy correctas Croquetas de jamón ibérico.

Caña de lomo

Antes de entrar en el plato fuerte del día, una mención a la carta de vinos. Una oferta limitada que es una oda al clasicismo, riojas y riberas de marcas muy comerciales (lo que no quiere decir que sean malas, ojo) y muy limitadito en blancos, cero rosados y cero cavas o cualquier otro espumoso interesante. Un Coto Mayor Crianza 2018 nos sirvió para pasar el trago decorosamente. Tampoco estaría mal una pequeña orientación en formación de vinos al personal, por otra parte excelentemente diligentes y amables.

Pero vamos a lo que nos llevó a Altobrasa principalmente, en un local que proclama en su lema “culto a la parrilla”. El camarero te pregunta como deseas el punto de la carne, para su toque final está a disposición del cliente un hornillo que se pone junto a la mesa para terminar o “churrascar” en algunos casos de desaprensivos con tan selectos bocados, el plato. En esta ocasión llegó a la mesa un lomo de Wagyu nacional, según rezaba la banderita que venía pinchada sobre esa manta de sabrosa carne troceada, con su bello rosado interior, tierna y jugosa. Quizás hubiese estado bien, en vez de probar varios entrantes, degustar varios cortes de distintas carnes, pero la muestra valió la pena. 

Wagyu nacional

Para terminar dos postres regionales españoles: Goxua vasco y Greixonera balear, este último postre típico de Ibiza que utiliza entre sus ingredientes, ensaimada del día anterior.

Buenas impresiones en general de Altobrasa y cositas por pulir. Con todo, nos han quedado ganas de volver y probar esos bellos y sabrosos cortes de Rubia Gallega, Simmental, Frisona, Angus, carnes de Valle del Esla o, si la cartera está bien surtida, un Kobe japonés.

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