Un almuerzo con Mª Isabel Mijares

Como persona dedicada al mundo del vino y la gastronomía profesionalmente desde los años 90 del siglo pasado, naturalmente tenía referencias de Isabel Mijares. Fue en 2004, en breve se cumplirán veinte años, cuando la conocí en persona. De hecho compartimos ambos un almuerzo en una de las mesas del desaparecido restaurante Jamaica del sevillano barrio de Heliópolis, recuerdo perfectamente que mesa era. Por aquel entonces era yo responsable gastronómico de la empresa Restaurantes Andaluces de Calidad que regentaba, entre otros, el Jamaica. Recuerdo que entonces tenía el restaurante, al entrar a la izquierda, una gran pecera donde nadaban cigalas y bogavantes, ella, como asesora que era de la Guía Repsol, aunque su apartado específico fueran los vinos, me dijo que un restaurante actual que se preciara ya no tenía esas cosas, caminábamos hacia el minimalismo en sala.

Desde entonces hemos coincidido en multitud de ocasiones, siempre con el mundo del vino mediante. Una de las últimas veces fue en Jerez, en una nueva bodega, Viñedos de Robín, donde nos ilustró a los presentes sobre la variedad autóctona gaditana, Tintilla de Rota, que ella, química y enóloga con una dilata experiencia, aseguraba que era una variedad distinta a la Graciano, en contra de otros que opinan que es la misma uva. La recuerdo también en otro almuerzo, en el hotel Alfonso XIII de Sevilla, donde hablamos largo y tendido de los vinos chilenos. 

A pesar de ser hoy domingo me he levantado temprano, con la mala noticia que me ha llegado por redes sociales, de la muerte repentina, al parecer un infarto fulminante, de Isabel Mijares. Probablemente la primera mujer importante en el mundo del vino español contemporáneo, cuando aún era cosa solo de hombres. En casa tengo firmado su libro: ‘El vino, de la cepa a la copa’. Nacida en Mérida en 1942, con 40 años se convirtió en la primera mujer española en presidir un Consejo Regulador, fue el de la D. O. Valdepeñas, aunque como enóloga, su primera bodega fue en el Bierzo, Palacio de Arganza, también pionera femenina en este cometido. Se había formado en la Complutense de Madrid y después en Burdeos, donde colaboró nada menos que con Émile Peynod, considerado padre de la enología moderna y quien le dirigió su doctorado, además de ser la traductora de su libro, un clásico e imprescindible para cualquier aficionado o profesional del vino, ‘El gusto del vino’.

María Isabel Mijares García-Pelayo, entre otros cargos y ocupaciones, era actualmente Presidenta de honor de la Asociación Española de Escritores y Periodistas del Vino y estuvo al frente del Equipo Team, responsable de la Guía de Vinos Repsol. Hoy levantaré una copa de vino por ella.

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