Un viaje por
Castilla
La Mancha en diez vinos, ha sido el argumento de la interesantísima cata
que ha tenido lugar en los salones del
restaurante
sevillano Muelle 21 la mañana del 12 de Noviembre. Después, durante toda la
jornada, se pudieron probar numerosos vinos de varias bodegas correspondientes
a las diversas denominaciones de vinos que existen en la región manchega.
Diana Granados,
Directora de la Fundación Tierra de Viñedos, perteneciente a la Consejería
de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de la Junta de Castilla La Mancha, dio la bienvenida a los numerosos
invitados a la cata de la mañana. Gente del vino, sumilleres, restauradores,
distribuidores y profesionales de los medios de comunicación. Posteriormente ya
tomó la palabra, Antonio Candelas,
enólogo y formador experto en vinos, que dirigió la cata y nos condujo por ese
magnífico viaje a través de las diversas comarcas vinícolas castellano
manchegas con sus muy interesantes vinos. Diez denominaciones de origen,
incluida la genérica IGP Vinos de la Tierra de Castilla, que suponen con sus
458.351 hectáreas, el 49% del viñedo español.
Demos un rápido repaso a los vinos y zonas catados:
1.
La D. O.
Almansa (Albacete) es zona de Garnacha Tintorera, 12 bodegas con un total
de unas 9.000 hectáreas de viñedos bajo un riguroso clima continental. Catamos Cantorral Blanc de Noirs 2024
(Cooperativa Tintoralba) un blanco que parte de uva tinta, precisamente la
Garnacha Tintorera, que sorprende por su frescura conjugada con un vino de
cierta corpulencia que no anunciaba su capa tan transparente.
2. La D. O.
P. Jumilla curiosamente, probablemente en contra de la creencia
generalizada, es una denominación que ocupa más superficie castellana (Albacete
60%) que murciana (40%) Un clima mediterráneo para una comarca que se
diferencia en zona sur de suelos arcillosos y zona norte (Albacete) más calcárea.
Precisamente de esta segunda zona catamos un muy interesante blanco, Mainetes Verdejo Fermentado en Barrica 2024,
cuya fermentación alcohólica se realiza en barricas de roble de 500 litros para
pasar posteriormente un tiempo con sus lías. Untuoso en boca, cremoso, con
cuerpo y buena acidez.
3.
La D. O.
P. Manchuela se sitúa entre el sur de Cuenca y el norte de Albacete,
delimitada por las cuencas de los ríos Júcar y Cabriel. La Macabeo en blancas y
la Bobal en tintas, son sus uvas principales, señal de que estamos en la
frontera con el Levante español. Catamos Mil
Historias White 2023, con un coupage de
blancas donde sobresalen las notas de cítricos dulces propias de la Moscatel de
grano menudo.
4.
D. O. P.
Campo de Calatrava es una denominación reciente situada en la provincia de
Ciudad Real. Tiene unos suelos excepcionales en la península ibérica, terrenos
volcánicos activos. Probamos un Tempranillo (Cencibel) de viñedos de más de 30
años, Quinta de Aves 2024, que
fermenta con una parte de uvas enteras (tipo maceración carbónica) lo que le
confiere una explosión de fruta roja fresca, con una viveza propia de un vino
joven y cierto toque mineral propios de ese tipo de suelos.
5.
La D. O.
P. Ribera del Júcar es otra de esas pequeñas denominaciones surgida en las
últimas décadas. Siete bodegas para unas 9.000 hectáreas de viñedos. Probamos Vega Moragona Bobal 2023, un
monovarietal de Bobal procedente de viñedos de más de 40 años que crecen en
suelos aluviales de cantos rodados. Este vino recibe una crianza de tres meses
en barricas de robles franceses y americanos de 500 litros. Un toque de cereza
en licor subrayado por una leve vainilla de la barrica y notas de monte bajo mediterráneo.
Muy equilibrado en boca con frescura frutal y leve y fina madera.
6.
En la provincia de Toledo se sitúa la D. O. P. Méntrida, también con dos
zonas. La zona sur en torno al río Alberche con suelos arcillosos, sin superar
los 500 metros de altitud. La del norte es una zona que se encuadra en la Sierra de Gredos, ya con alturas de 800
metros y suelos de granitos descompuestos. Un Syrah muy interesante de Bodegas Canopy, Malpaso 2023. Viñedos
de 30 años. Crianza de 12 meses en barricas de 500 litros de roble francés. Un
tinto color cereza madura de nariz muy perfumada con típicos aromas varietales:
fruta roja y negra, florales (violetas) y herbáceos balsámicos con un toque de
tapenade. Goloso en boca, recordando los Syrah del Ródano.

7.
La I. G.
P. Vinos de la Tierra de Castilla, es una calificación más genérica a la
que se pueden acoger vinos de toda la región. De Valdepeñas (Ciudad Real)
probamos El Linze 2023, un tinto
que, junto a un 35% de Syrah, recupera una uva autóctona de la zona, la Tinto
Velasco (65%) cuyas bayas en este caso proceden de viñedos pre filoxéricos de
más de 140 años. Fermenta en tinajas de barro para criarse después durante 12
meses en barricas de roble francés. Fresco en nariz con notas balsámicas
(regaliz, laurel) Carnoso en boca.
8.
Muy conocida es la D. O. P. Valdepeñas. 24.000 hectáreas que son el reino de la blanca
Airén y la tinta Cencibel. Casa de la
Nava Cencibel 2022 se elabora con uvas procedentes de viñedos en vaso de 25
años. Crianza de 12 meses en roble francés de 500 litros. Una edición corta,
tan solo 6.348 botellas, para un tinto que da notas típicas de fruta roja y
regaliz de campo. Goloso en boca con cierta acidez y astringencia final,
evolucionará todavía a mejor.
9.
También pequeña es la D. O. P. Uclés, 1.700 hectáreas de cepas para tan solo 5 bodegas,
donde existe mucho viñedo de más de 40 años. Zona entre Toledo y Cuenca cuyas
bodegas se han fijado especialmente en la sostenibilidad y la reducción de la
huella de carbono. Bisiesto Tempranillo
2021 es otro vino de cooperativa, tipo de bodega muy importante en la
historia agrícola de toda la región. Un 100% Cencibel de viñedos de más de 40
años con crianza en barricas de roble francés y americano. Fruta roja, herbáceos
y regaliz verde, con una boca un punto licorosa, con un ligero fondo de madera
y fruta madura. Como el anterior, otro cencibel “austero”, con concentración
debido a la edad de la viña.
10.
Terminamos la cata dirigida magistralmente por
Antonio Candelas, hablando de la D. O.
P. La Mancha, la zona vinícola más grande del mundo. Con un 70% de uvas
blancas (Airén) y un 30% de tintas (Cencibel), abarcando zonas de Albacete,
Ciudad Real, Cuenca y Toledo. Catamos el vino más caro de la mañana, siendo
todos muy comedidos de precios, Clavis
2016 de Bodegas Finca Antigua de la familia Martínez Bujanda, de gran
tradición vinícola. Un vino que aglutina una gran variedad de uvas, procedentes
todas de la parcela Pico Garbanzo, en el término de Los Hinojosos (Cuenca) ,
una fina de monte a 900 metros de altitud y suelos arcillosos. Granate oscuro
de borde teja. Fruta en licor, balsámicos y un toque de vainilla del roble.
Denso en copa, con un final un tanto amargo.

Tras la interesantísima cata, se
abrió una mini feria de vinos en la magnífica, y un tanto ventosa ese mediodía,
terraza de Muelle 21. Varias mesas
atendidas por bodegueros de la región castellano manchega que explicaban amablemente
y daban a catar sus vinos. Probé cosas muy interesantes y vinos que, por desgracia,
no son fáciles de encontrar en la hostelería sevillana. Vinos que desmienten
cierta mala fama histórica de los vinos manchegos baratos y de características
digamos que un tanto rusticas, por el contrario, se pudieron catar vinos bien
elaborados, actuales, donde se valora el terruño y la uva y donde nos
sorprenden matices de las diversas denominaciones.
Por citar algunos, una fresca
Viognier y un sabroso Syrah de
Bodegas
Puente de Rus (Cuenca). Los vinos de
Bodegas
San Dionisio (Albacete) además del muy bueno Verdejo F. en B. de la cata,
un atractivo Petit Verdot y un elegante crianza de Monastrell. Los vinos de Graciano
y Tempranillo de los chavales de
Uva de
Vida. Los de
Bodegas Cano o los “vinos
de autor” de
Bodegas César Velasco,
sus muy exclusivos vinos de parcela
El
Corral de la Herrada y
Los Prados.
Ojalá tuviésemos en Sevilla más visitas tan interesantes como esta, de otras
zonas vinícolas españolas.
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