Trío de ases en mis vinos de Nochevieja (Y una cerveza)
Ya os adelante una foto y una pequeña reseña de algunos vinos preseleccionados para mi cena de Nochevieja. Pues ahora voy a extenderme en la reseña de tres de ellos que acompañaron el menú de esa última cena del año que con las uvas y los turrones, se mete en el Año Nuevo. Así que sea bienvenido 2023 y comencemos este mismo 1 de Enero escribiendo de vinos, y que ustedes lo beban bien este.
Pero comencemos por los prolegómenos, esos momentos tan gratos de compartir una cerveza en la cocina, charlando, mientras se ultima todo para la cena. Y qué mejor que una cerveza Especial Navidad, como la que comercializa Estrella Damm, en una elegante botella de 66 centilitros, o sea, la capacidad de dos tercios (o dos latas). La casa catalana ha lanzado esta cerveza especial en el décimo aniversario de sus ediciones navideñas. Una estilosa etiqueta nos muestra, como escrito a mano, explicaciones como su graduación, 6,5%, o su fecha de embotellado para certificar su frescura, además de algunas notas de cata. Destaco su bello color dorado, el cuerpo en boca, con frescura y cierta densidad, con una maduración de tres semanas. Esperemos que siga en el mercado.
Pero entremos en los vinos de la cena ya. Los tres
adquiridos en la sevillana tienda Tierra
Nuestra de la calle Doctor Pedro de Castro. Llevaba algunos vinos pensados,
pero me dejé asesorar por José Luis
Becerra, su propietario y hombre fundamental del vino sevillano al que
conozco desde hace unos 25 años.
Sobre los blancos, anotado estaban algunos, principalmente
mi idea era un Godello sobre lías
y/o fermentado en barrica. El elegido fue O
Luar do Sil 2020 sobre lías (D. O. Valdeorras), el proyecto gallego de la
bodega de Ribera de Duero, Pago de los
Capellanes, lo que ya es una garantía de por sí, es uno de mis riberas
favoritos. No hubo error, fantástico vino de un precioso color amarillo dorado
muy brillante. Denso en boca, hablamos de un blanco con 14% de alcohol, pero
con frescura, fruta, flores, un toque de mineralidad (las viejas cepas de
Godello crecen en suelos de granitos) y un gran trabajo de lías que le dan
untuosidad muy elegante. Acompañó la primera parte de la cena, con mariscos (gambas blancas de Huelva, langostinos rayados de Sanlúcar de Barrameda
y patas rusas) y un delicado lomo de
bacalao al horno con una suave crema de pimientos del piquillo y fondo de
patatas panaderas.
Y llegaron las uvas, mientras el reloj terminaba de dar las
doce campanadas sonaba el tapón de una botella de Gramona Imperial Brut 2017 (CORPINNAT. Vinos espumosos de calidad).
Tras 53 meses de crianza, se degolló en Septiembre de 2022. Elaborado con las
blancas, Xarel.lo (47,5%), Macabeo (30%), Parellada (15%) y Chardonnay
(7,5%). Un ensamblaje de uvas provenientes de viñedos de cultivo biodinámico
que se elaboran por separado para después buscar la armonía perfecta entre los
cuatro vinos. Un toque de licor de
expedición confiere a este Brut la personalidad distinguida de los espumosos de
Gramona, una bodega familiar que, en
su tradición de viticultores, nació como Celler
Batlle en la segunda mitad del siglo XIX en el Penedés. Un brillante y limpio amarillo de reflejos pajizos, en un
cava fresco y cremoso. En nariz fruta blanca, un toque cítrico y otro herbáceo (anís
de hinojo). La copa va adquiriendo notas más dulces y tostadas y un recuerdo de
bollería proveniente de las lías. Con cuerpo, es cremoso y elegante, con el que
podríamos haber disfrutado toda la cena.
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