Un rioja entre flamencas
La rápida y corta presentación de la edición de este año,
contó con la presencia del alcalde de la
ciudad, Antonio Muñoz Martínez. El vino elegido por la bodega para vestirse
de flamenco es el Reserva de su gama excellens,
una serie creada, según reza el folleto publicitario, exclusivamente para “hostelería
y tiendas especializadas”. Dentro de esta gama, además de otros vinos amparados
por la D. O. Ca. Rioja: Rosé, Cuvée
Especial, el citado Reserva y el Gran Reserva, también se incluyen dos vinos
del grupo bodeguero amparados bajo la D.
O. Rueda: dos blancos, uno de uva Verdejo y otro de Sauvignon Blanc.
En cuanto al vino en sí, es una producción característica de
la casa, un tinto de rioja donde resalta especialmente la madera, en este caso
con una crianza de 20 meses en barrica de roble francés, que envuelve notas de cerezas
en licor y tostados torrefactos. Fácil de beber, muy suave y redondo, gustará
al público de los riojas más clásicos.
Tanto este excellens
Reserva como el excellens Rosé
probado en la presentación, no responden ciertamente a la prosa que el
marketing de la bodega despliega en el folleto publicitario, lo de “diferenciación,
singularidad y máxima expresión del terroir”
no lo vi por parte alguna, por no mencionar otro de los tópicos actuales en las
promociones de los vinos eso de “la gama de vinos más gastronómica” ¿eso qué
quiere decir? ¿no son todos los vinos para acompañar la comida? Un buen vino,
sin más, en la línea tradicional de Marqués de Cáceres, con todo lo que eso
conlleva, no se metan en otros jardines.
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