Cine y Moda en Caixa Forum Sevilla. De la mujer fatal a la libertad

POP y METAL
Ha coincidió mi visita a la magnífica exposición “Cine y Moda por Jean Paul Gaultier” en las salas del Caixa Forum Sevilla, con la emisión en La 2 de TVE, esa noche, del documental sobre Ágatha Ruiz de la Prada El filtro del amor”. Reflexionando sobre la exposición, el documental ha sido un subrayado, en fluorescente naranja, del subtítulo de este artículo, el advenimiento de la libertad femenina, con mujeres vestidas como ellas quieren y no como la sociedad les impone.

HÉROES 


El cartel de la película de Charles Vidor, “Gilda” (1946), nos muestra el arquetipo de esas mujeres fatales, esas bellezas irresistibles que traen el mal y la condenación para los hombres que se cruzan en sus vidas, y que siguen existiendo. El modisto francés Jean Paul Gaultier ha montado una exposición que nos muestra el proceso de cambio que, desde la primera mitad del siglo XX, con mujeres transgresoras como Marlen Dietrich (con sus pantalones y ropas masculinas) o Louise Brooks (con su corte de pelo garçon), ha experimentado la emancipación de las mujeres de esos corsés (nunca mejor dicho) establecidos, caminando hacia formas liberadas y cómodas del vestir (aunque siempre, a pesar de ello, sometidas en parte a las modas del momento). 

ARTE Y ALTA COSTURA
Gaultier nos muestra toda la revolución que supuso la moda creada en los años sesenta y setenta del pasado siglo y su relación, estrecha a veces, con el mundo cinematográfico. La Alta Costura tradicional no desaparece, pero junto a ella, y su adaptación a los tiempos, aparecen propuestas revolucionarias que van desde los trajes metálicos de Paco Rabanne, los diseños inspirados en la pintura contemporánea, como los “mondrian” de Yves Saint Lauent de su colección otoño-invierno de 1965 o ese fantástico traje largo con lentejuelas de 2019 del mismo Gaultier inspirado en el arte abstracto cinético del padre del Op Art, Víctor Vasarely.
DESFILE

El francés Gaultier nos muestra la liberación de las formas, la utilización de materias extrañas a la alta costura, como las piezas metálicas, la adaptación de la nueva moda al mundo de la calle, protagonizada por el Swinging London y la revolución de la minifalda de Mary Quant y los pantalones para mujer de Courrèges, en los años sesenta. Todo ello, con un cambio en los papeles de ambos sexos, el “hombre objeto” de Gaultier frente a una mujer poderosa, agresiva en su sexualidad, junto a ellos, el equívoco, la androginia, la transexualidad, a veces con tintes humorísticos y provocadores, siempre irreverente y divertida.

Y el color, con ello volvemos a nuestra admirada Ágatha Ruiz de la Prada. Color y alegría, desenfado y comodidad, en suma, libertad de expresión, por fuera y por dentro.

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