Los van goghs de Pepe Zabala

Hombre menudo y con cara de tímido, el primer contacto con Pepe Zabala es cordial, en seguida transmite “buen rollo”. Un sevillano de San Bernardo que, haciendo honor a su cuna de barrio, Zabala probó como novillero. Ahora nos presenta sus obras pictóricas con obras del pintor holandés Van Gogh en la Sala La Revuelta.

Frente al arte efímero de una faena torera, un cuadro permanece en el tiempo, según declara el mismo pintor. Pepe Zabala plasma en lienzos la pintura del genial postimpresionista, pero no como meras copias más o menos técnicamente habilidosas, va más allá. La textura de los cuadros, con empastes gruesos, la consecución de un cromatismo que nos remite directamente a la obra original y, quizás lo más difícil, conseguir el “aire Van Gogh”, como esas sillas y esa cama de la habitación del pintor en Arlés, que parecen levitar sobre el suelo del cuarto. 

Zabala pintaba desde pequeño, su padre era un orfebre muy reconocido y el lápiz y el papel formaron parte de su infancia. Después, en la primera mitad de los años setenta del pasado siglo, logró cortar una oreja en aquellas primeras novilladas organizadas por la Maestranza de Sevilla para promocionar nuevos valores de la tauromaquia. A la vez, Zabala también se aventuró en la interpretación, está clara la vocación artística y creativa de este hombre, formando parte de la Agrupación Álvarez Quintero, en aquella época dorada de esa institución teatral sevillana, junto a Emilio Segura, Angelita Granja o Eulogio Serrano, entre otros, llenando el patio de butacas del bello teatro Lope de Vega sevillano, llevando también las obras de los hermanos utreranos a los hogares a través de las ondas radiofónicas.

En 1986 abrió sus puertas el bar Fleming en la calle Bécquer, muy cerquita del Arco de la Macarena, que montó Pepe Zabala con Manolo Villanueva. Veinticinco años de arte, flamenco, buenas copas y gente del espectáculo, del toreo, noches entrañables, yo viví alguna de ellas, recuerdo especialmente una noche cercana a Navidad, me tocó rascar el lomo de una botella de aguardiente, mientras se formó un coro espontaneo para entonar villancicos flamencos.

Pero volvamos a la exposición de Pepe Zabala en La Revuelta, junto a la Plaza del Pan, que se puede visitar hasta el 30 de Noviembre. Un estallido de color, una oportunidad para los admiradores de Van Gogh, que son multitud, te llevarse a casa, mejor que esas láminas de papel que venden en muchos sitios, un verdadero cuadro al óleo con impresionantes interpretaciones de Los Girasoles, del Puente de Langlois en una de sus múltiples visitas en la serie que le dedica el holandés, Los Lirios, la Habitación de Vincent, la Terraza de café por la noche, la Casa Amarilla o el mismísimo autorretrato de Van Gogh, entre otros.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Bodeguita Los Caracoles, gran bar de tapas en Sevilla

Exposición 25 Aniversario de la Asociación Muestra de Arte Plaza del Museo

Adiós a La Antigua Abacería de San Lorenzo