Un rinconcito en El Tardón
Dentro de la barriada hay varias placitas arboladas y con
algunas zonas peatonales. En una de ellas, antes llamada Luis Mensaque, trianero
vilmente asesinado en la Guerra Civil en mitad de la calle, pero claro, como era
simpatizante del bando “malo”, la plaza se llama ahora Cerámicas Mensaque. Allí se encuentra un edificio bajo donde reside
la Asociación de Vecinos de la
barrida y un bar regentado por Javier
Guardiola y su pareja, que se llama, tal cual, El Tardón.
Javier Guardiola es anfitrión encantador y atento, muy profesional. Por algo se formó en la Escuela Superior de Hostelería de Sevilla (Alabardero) y ha pasado por sitios tan emblemáticos de la “nueva” hostelería de nuestra ciudad como La Azotea. Y dirán ustedes qué hace un chico como este en un sitio como ese (con todo mi cariño hacia el barrio, no olvidemos que a escasos metros está, por ejemplo, todo un Jaylu) pues tener un buen punto de partida.
El interés de Guardiola por el mundo del vino me conquista
de entrada, de hecho nos hemos conocido por su interés en mis catas y para que
hablemos de cosas de ese mundillo tan seductor. Pero ya que estábamos le di un
repaso a su carta donde se deja ver la buena mano en la cocina. La Ensaladilla (3,60 €) no pasaría la
aprobación estética de mis amigos del ODER pero de sabor está rica y con sabor
tradicional. El Saquito (3,70 €) relleno de queso crema, puerros
confitados y langostinos está bueno, a ver, a mí es que me encantan los puerros,
pero es verdad que se comen al langostino, por otra parte no estaría mal que la
tapa trajese al menos dos. No obstante las tapas tienen buen tamaño, por lo que
la relación precio-calidad es buena en la mayoría de los casos.
Volvamos a las tapas: Unos cremosos Buñuelos de bacalao (3,70 €).
Un rico Ravioli de cordero (3,60
€) Unos sabrosos Champiñones rellenos con
salsa de piquillo (3,70 €) una tapa fuera de carta, muy rica y claro
exponente de la magnífica ejecución de todas las salsas que se elaboran en la
casa, aunque llama la atención que una cocina moderna como esta nape con las
salsas a los protagonistas de los platos en vez de acompañarlos al lado o
ponerlos sobre ella, pero vamos, tampoco esto lo veo como un gran problema. Por
último, antes de la carne y el postre, un muy suave y sabroso Canelón de cola de toro (8,00 €) que es
una media ración.
Una Torrija con helado puso digno colofón a la velada, con sendas copas de orujo de hierbas. El postre, cremoso, jugoso, la torrija magníficamente ejecutada. Habrá que volver y seguir probando cosas del bar El Tardón.
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