Carmen Viejo 58. Beber Chanel nº 5

Pocos buenos ratos se me ocurren tan placenteros como cenar en un buen sitio, con tres amigos de buena conversación, buenas viandas sobre la mesa y una botella de un vino excepcional, de los más exclusivos que ahora mismo pueda haber en el mundo, no por su precio, sino porque solo habrá dos botas, 1.684 botellas irrepetibles y exclusivas. Carmen Viejo 58 es beber gloria bendita, una expresión castiza que es la primera que me viene a los dedos con los que tecleo recordando este elixir de los dioses que habitan en ese triángulo mágico, oceánico, litoral, que forman el Coto de Doñana, la desembocadura del Guadalquivir y el caserío blanco y luminoso de Sanlúcar de Barrameda. En la copa tenemos un líquido color oro viejo brillante. En nariz unas elegantísimas notas a Manzanilla Pasada, con una suavidad extraordinaria, hay notas sápidas y recuerdos de velo de flor. En boca es untuosa, como un Amontillado elegante y salino, sanluqueño. Denso, salino, flor, salmuera, mar… Es difícil es...