Besana Tapas vuelve a la capital

Besana es el primer surco que se abre en la tierra al arar un campo. En Utrera, hace más de diez años, tres mosqueteros de la gastronomía sevillana, abrieron un encantador local en un recoleto callejón de estirpe medieval, Callejón del Niño Perdido es su nombre, primer surco de una gran aventura culinaria que puso el nombre de Utrera en el panorama de la alta gastronomía provincial. Mario Ríos, Curro Sánchez-Noriega y Javier Vázquez en la sala, crearon en el bonito pueblo utrerano una ermita donde peregrinar para conocer su concepto de cocina.

Ese concepto es el de “gastronomía social”, hacer asequible la alta cocina andaluza a través de las tapas, con productos de alta calidad y precios asequibles. Dos maneras de hacer arte efímero en Utrera, el flamenco y la cocina, el valor de lo que permanece solo unos minutos ante nosotros para nuestro disfrute, un cante que se queda en el aire y un plato que se queda en nuestra memoria gustativa. 

En 2014 quisieron trasladar su proyecto a Sevilla capital. Fue La Fábrica, un curioso local de aspecto seudo industrial en la calle Correduría, en el pujante entorno de la Alameda. A la postre fue un año importante para Besana, porque además de aquella primera apertura capitalina, llegó a su cocina, Daniel León, un joven chef utrerano, formado en la casa tras estudiar en Morón y en el Instituto de Heliópolis, pasando después por lugares de alta cocina nacional tan emblemáticos como Casa Solla y el portuense Aponiente. Desde 2019 se queda al frente de Besana Tapas manteniendo el alto nivel heredado de sus fundadores.

El nuevo local de Besana Tapas en Sevilla ocupa la esquina donde tantos años estuvo el magnífico restaurante Los Cuevas, hoy en un más pequeño y moderno local al lado. Hablo de la calle Virgen de la Huertas con Paraíso, esa difusa frontera entre Triana y Los Remedios. A mí el local no me gusta tal como está ahora, se ha cedido a la moda (ya pasada) de los colgajos vegetales verdes y el mimbre, que lo hace parecer un “gastrobar” de esas cadenas locales con tantas sucursales, tal vez por herencia del efímero negocio que pasó tras Los Cuevas. La carta de tapas es prácticamente la misma en que la de Utrera y la variada bodega se ha ampliado algo en Sevilla. Amplía barra, mesas altas y un cómodo salón de mesas “normales”.

Esperemos que triunfe, porque la cocina de Besana Tapas lo merece. Pero ya saben ustedes que el sevillano es peculiar en sus gustos y a lo peor, hay a quién le gusta ir en peregrinaje a Utrera para probar un sitio magnífico pero si se lo traen cerca de su casa ya no va. Cosas de esta ciudad.

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