Doña Emilia y Mayo

Ha querido esta caprichosa y pasada por agua Semana Santa, que haya recalado en dos establecimientos del mismo grupo con muy poco margen de tiempo. Pasé por primera vez por Doña Emilia, lo nuevo de Restaurante Manolo Mayo en el Paseo de Colón, en los bajos del hotel Kivir (qué manía con la K) y tres días después he cenado en Mayo, también en los bajos de un hotel, el Bécquer, muy cerca del primero. Unas consideraciones al respecto.

Veo a Mayo como un escalón más arriba en cuanto a concepto restaurante, eso no es ni bueno ni malo, simplemente yo pensaba que Doña Emilia también iba de restaurante y es algo más desenfadado. He de decir que probablemente haya sido la mejor ocasión que, gastronómicamente hablando, he vivido en Mayo. Perfecto servicio, ambiente que es un oasis en una Semana Santa totalmente desbordada de público y jaleo, y un nivel de cocina estimable. Me encantaron las costillas de atún con unas muy ricas papas revolconas acompañándolas. Tendrían que darle una vuelta a ampliar los vinos por copas y revisar un poquito algunos precios. 

Ensaladilla de bogavante de MAYO

Doña Emilia, así de entrada, me gustó mucho. El local es muy agradable, las maderas claras siempre son un acierto. Me encantó la gran cubitera de metal brillante llena de vinos para copear, por cierto de la carta de vinos, hay que tener cuidado con los textos, no entiendo que en un local que acaba de abrir y, supongo, se han gastado una pasta en todo, nadie revise los fallos en algo que va impreso y para bastante tiempo. Sorpresa, lo dije al principio, que en Doña Emilia funcionen por tapas y platos, eso está bien y da posibilidad de probar varias cosas en una sesión. Todo aceptable, salvo el tamaño de las tostas, que por su enunciado y precio te esperas otra cosa y cuando llega a la mesa es un trocito de pan minúsculo. Por lo demás, me gustaron bastante los raviolis de gambas y boletus, también el clásico huevos rellenos de Mayo.

No he hecho fotos, porque espero volver para una segunda impresión y probar más cosas, además que hay que desconectar y a veces, simplemente disfrutar de la comida y la compañía.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Bodeguita Los Caracoles, gran bar de tapas en Sevilla

Los vinos de Trebujena de “El Piraña”

Bodegas Vizcarra. La nueva Ribera del Duero