El día que murió, Donald Sutherland

Se había publicado hacía unos años el ‘Werther’ de Gohete. Estamos a finales del siglo XVIII. El veneciano Giacomo Casanova es bibliotecario en Bohemia, en el castillo de Dux, nombrado por el conde Waldstein: Casanova, con sus ropajes coloridos y recargados propios del rococó, la cara muy maquillada y la peluca dieciochesca, baja las escaleras anchas hasta una sala donde, su alta y extraña figura, contrasta con el grupo jóvenes que ya, en la nueva moda del Romanticismo, lucen sobrios ropajes oscuros. Es el cambio de época. Magistral Donald Sutherland en el Casanova de Federico Fellini.

Y un cambio de época es lo que estamos viviendo actualmente. Puedes tener un currículo amplio y lleno de magníficos papeles, como es el caso de Sutherland, pero se te recordará por lo último seguramente. Me indignaba anoche viendo el telediario de TVE, en el intermedio del repaso que España le estaba dando a Italia en la Eurocopa, al leer el rótulo de pie de imagen que ilustraba la noticia del fallecimiento del gran actor canadiense: “actuó en ‘Los juegos del hambre’, rezaba el recuadrito. Pero mi estupor creció al comprobar que la referencia era la norma en los demás medios consultados por Internet. Parece que ahora se escribe para adolescentes, esa edad que hoy día llega hasta los cuarenta. Lo último, lo más reciente, la acción tipo videojuego, lo superficial e infantiloide, es lo que prima. 

En la carrera de Donald Sutherland, larga y fecunda, aunque no fue hasta el Óscar honorífico que se le entregó en 2017 que Hollywood reconoció su mérito, hay películas donde el actor nos muestra sus variados registros. Fue uno de los ‘Doce del patíbulo’ (1967) de Robert Aldrich, donde nos mostraría un perfil alocado y humorístico que le llevaría a los papeles, en 1970, de ‘Los violentos de Kelly’, junto a Clint Eastwood y al del desvergonzado capitán Benjamin Franklin "Hawkeye" Pierce, en la magistral ‘M*A*S*H de Robert Altman. Coprotagonista, con gran actuación, al año siguiente en ‘Klute’, de Alan J. Pakula, junto a Jane Fonda.

Pasó por el cine italiano de la mano de dos grandes directores. En 1976 fue el fascista Attila de ‘Novecento’ de Bernardo Bertulucci y el nombrado ‘Casanova’ de Federico Fellini. Además ese mismo año volvió a un papel bélico en la conocida en España como ‘Ha llegado el águila’.

Todas ellas entre otras buenas películas en los años siguientes y prácticamente hasta nuestros días, como por ejemplo: ‘Gente Corriente’ (1980), el Óscar a la mejor película de ese año, dirigida por Robert Redford, ‘El ojo de la aguja’ (1981), o interpretando al padre  de Keira Knightley en ‘Orgullo y prejuicio’ (2005) y ya, muchos más cercana, la saga nombrada de ‘Los juegos del hambre’ entre 2012 y 2015.

Tres matrimonios y varios hijos actores, entre los que destaca, Kiefer Sutherland.

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