Los souvenirs de Javier Buzón en Galería Rafael Ortiz
Una semana intensa de visitas donde, esta vez, la figuración es mayoritaria en las muestras que exponen algunas de las galerías de arte contemporáneo más importantes de la ciudad. Y una de las más interesantes es esta donde el artista, Javier Buzón, juega con los recuerdos, con los flashes que dejan en nuestra memoria los momentos vividos, los lugares visitados, las cosas bellas vistas y que queremos retener. Lo normal hoy día es que casi todo el mundo, cámara de móvil telefónico mediante, guarde un sinfín de instantáneas que, en la mayoría de los casos, se pierden en ese inmenso baúl de los discos duros, de la nube o, todo lo más, sean compartidas efímeramente en las redes sociales.
Javier Buzón va
más allá y esas postales de la memoria, las plasma en un lienzo. Imágenes de
sitios con aires turísticos, como las viejas imágenes que, en cartulinas
coloreadas y con el sello del jefe del gobierno, enviábamos o recibíamos de
amigos y familiares de vacaciones. Buzón las fija en cuadros de pequeño
formato, una colección de recuerdos, de las vivencias más placenteras.
Título doble para una exposición que muestra varios perfiles
del autor. Hemos repasado sus souvenirs, pero una importante parte
de esta muestra pictórica responde a esa frase de “pintar la pintura”, o
también la podríamos llamar, el cuadro dentro del cuadro. Sin perder el hilo de
esos “recuerdos” de visitas y viajes, el artista pone en lienzo los cuadros de
otros pintores, pero no una copia de un cuadro ajeno, sino la traslación de esa
foto que muchos hacemos en una galería o en un museo a las pinturas expuestas. Lo
deja claro al pintar tanto el marco de la obra aludida, como la pared del fondo
de donde cuelga, con fidelidad a formas y colores.
Pero también trabaja esa idea de ‘pintar la pintura’ en sus autorretratos, en el juego de pintar a su pareja, de espaldas mirando un cuadro, lienzo que es precisamente, a su vez, retrato de la pareja del autor del cuadro que Buzón refleja en su obra. Un juego barroco que se multiplica en uno de sus autorretratos pintando. Su propia obra, los cuadros destinados a esta exposición en la Galería Rafael Ortiz, son protagonistas de otros de los lienzos presentados. Inteligente, original y con buen humor. Pintura reconfortante.
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