La ronda de noche de Rembrandt

Fue el profesor, Enrique Valdivieso, quien en clase, estaba yo entonces en la vieja Facultad de la esquina de San Fernando, nos descubrió que, en realidad, el cuadro conocido como La ronda de noche, del pintor neerlandés, Rembrandt van Rijn, representa una escena de día. El cuadro pasó muchos años sucio y deteriorado hasta que una restauración de 1947 eliminó el barniz que lo oscurecía y mostró su verdadera imagen.

Hace unos días, una persona muy querida que ha viajado este pasado puente de la Inmaculada a Ámsterdam, me envía, entre otras maravillosas fotos de la bonita ciudad, la del cuadro que, como se ve en la foto adjunta, está emplazado en un mecanismo montado en el Rijksmuseum donde se llevan a cabo labores de restauración a la vista del público.

El cuadro, elaborado por Rembrandt entre 1639 y 1642, es una magistral muestra de esa pintura civil que se desarrolló en los protestantes Países Bajos, digamos que frente a las temáticas más religiosas propias de los países católicos. Una serie de la que tenemos otras obras del genial pintor, que retrató, en composiciones grupales, a otros colectivos como en sus cuadros: Los síndicos del gremio de pañeros y La lección de anatomía del doctor Nicolaes Tulp.

La ronda de noche es un encargo realizado para la Corporación de Arcabuceros de la ciudad, una especie de cuerpo de policía municipal de Ámsterdam. En ella se representa y da título a la escena, fue su nombre original: La compañía militar del capitán Frans Banninck Cocq y el teniente Willem van Ruytenburgh se prepara para partir. Un cuadro de grandes dimensiones pues estaba destinado a ocupar una pared del Gran Salón Kloveniersdoelen, sede de la milicia cuyos miembros aparecen en el retrato colectivo. Cuadro, por cierto, que tanto sus protagonistas, que pagaron cada uno por aparecer en él, como la crítica de la época, acogieron con tímidas críticas, siendo hoy considerada una de las obras maestras de su autor.