La muerte antes de tiempo (a Javier Marías)
A veces la muerte llama antes de tiempo, cuando aún habría vida por delante, fecunda y creativa. No es porque me haya muerto yo, pero sí lo he vivido de cerca, en personas queridas, en otras que no tanto.
No hablo de esas muertes múltiples y anónimas, esas muertes multitudinarias
incluso, en tifones, terremotos, guerras, epidemias, atentados, muertes que
están también anticipadas, quizás también fuera de tiempo, sobre todo para esos
corazones tan blancos que no habían perdido siquiera la inocencia.
Me refiero a otros muertos, individuales y conocidos,
que nos afectan por lo querido de la persona, o por lo admirado. En este segundo caso estaría para mí Javier Marías. Su vida de escritor a tiempo total, su obra, a la que me costó trabajo apreciar al principio, a la que, reconozco, a veces no me llegó con nitidez, pero digna de elogio para los que amamos la literatura.
Qué inoportuna es esta muerte, secuestradora de personas que
nos enriquecen la vida, que se van sin que todavía debieran haberse ido.
Comentarios
Publicar un comentario