Talegamar, cervecería en el Mercado de El Arenal

Es lo nuevo de Antonio Sánchez, patrón de la hostelería sevillana con un largo recorrido en el ramo. Famoso es su restaurante El Pesquero, en el mismo recinto de abastos del bonito edificio construido en 1947 bajo diseño de Juan Talavera Heredia, en el solar que fuera antigua cárcel del Pópulo, que todavía mantiene ese halo de saeta carcelera cuando pasa, rozando ya la mañana, la Esperanza de Triana, abriendo los pasos de su paisano de barrio, El Cachorro.

Se llama Talegamar, nombre que me suena a esas órdenes que nos daban, siempre gritando, en el ejército (¡a la carrera, mar!), vocablo digno de figurar entre las magníficas definiciones, pequeños relatos de cada palabra o expresión en realidad, del fabuloso ‘Diccionario para un macuto’ del gran, Rafael García Serrano. La verdad es que el nombre responde al apodo de la familia de Antonio, de procedencia en el aljarafeño pueblo de Gelves, “los Talega”. 

Talegamar es una pequeña cervecería, de esas de azulejos luminosos y acero resplandeciente, uno de esos sitios recoletos donde se está cómodo y gusta enseñar al que no sabe, en el sentido fraternal del término, pues físicamente ya digo que es una barra a la antigua usanza, con la amplitud justa. Pero aquí está la clave del asunto (barra a la antigua usanza) para tapear de pie o en banqueta de barra, con cerveza bien tirada y fría ¿hace falta decir la marca? Y permítanme que haga mención especial de la pareja que atiende, uno, la juventud educada y precisa en lo profesional, el otro, perro viejo en el tema barístico, amable y simpático sin inmiscuirse, con saber estar y saber servir, bien por ellos.

Falta que la carta de tapas esté en una pizarra y no es esos códigos QR del diablo. Tratándose de quien se trata, por supuesto el protagonismo es para los productos del mar, con los mariscos como santo y seña de la casa. Ahora viene lo peliagudo ¿caro? Miren, yo ya no sé qué es caro y qué es barato. 


A ver, un salpicón de marisco o unas huevas aliñadas a 4,40 euros la tapa ¿es caro? A mí me parece que un poco sí, no hay duda de su calidad pero… sin embargo, un plato excelente de gambas blancas o de gambas rojas, estas también del Golfo de Cádiz, aquí llamados alistados, a 12 euros no me parece una cosa descabellada (raciones de 200 gramos) además están sabrosos. Si para acompañar, también hay guisillos, como un atún con tomate, prefieren un vino, tienen varias marcas de esas que todo el mundo conoce y que cumplen el expediente. 

Te puedes llevar marisco a casa y no hacen reservas. Hay unas mesas altas en el exterior, aunque en estos días de verano se está mejor dentro, al fresquito del aire acondicionado, pues el Mercado de El Arenal, no está climatizado. Es curioso lo de esta plaza de abastos, la más céntrica de todas las de Sevilla y, sin embargo, una de las más desoladas en cuanto a puestos de alimentos, ambiente y prestaciones, como dice algún parroquiano de la zona, culpa de tanto apartamento turístico que ha dejado al barrio sin apenas vecinos.

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