Cervezas Gran Vía, buenas cervezas sevillanas
Tras mi visita a Jerez de la Frontera donde entré en
contacto con algunos de los amigos de Cervezas
Gran Vía, he tenido la oportunidad de probar toda la gama de los distintos
tipos que elabora y embotella, ya comenté la de barril, esta cervecera
sevillana que tiene su fábrica en Alcalá de Guadaira.
Comencemos por las más suaves y vayamos elevando el tono y
el color de nuestra cata.
En primer hablemos de la Gran Vía sin alcohol. Bueno, diré que no es mi opción habitual pero
entiendo que hay personas que, por gusto o por necesidades físicas, consumen
este tipo de bebida que, hay que decirlo, cada día están más logradas en cuanto
a su sabor. La “sin” de Gran Vía es amarilla dorado pálido, con mucha frescura
en boca y ese puntito de amargor un tanto cítrico que le da el lúpulo.
La Gran Vía Lager,
la típica cerveza de gran consumo en toda España, está en ese pelotón de
cervezas ligeras, frescas y agradables que a todos gusta y que, en este caso,
sigue la tradición de las 100% malta alemanas. Fue la que probé de grifo, causándome
una grata impresión que la hace un tanto distinta a otras marcas, con un toque
de calidad por encima de la media.
Gran Vía Tostada.
Aquí ya entramos en palabras mayores, qué quieren que les diga, a mí me ha gustado
muchísimo. Está en la línea de mis cervezas favoritas, esas tremendas cervezas
de abadía belgas, pero, sin ir a tanta densidad, hablamos de una cerveza con
cuerpo, nos vamos ya a 6,4% de volumen de alcohol, para una cerveza de un
bonito color rojizo intenso y una espuma más oscura. Fácil de beber y fresca a
pesar de que tiene notas tostadas. Se emplean en su elaboración maltas de
cebada y de trigo. Riquísima.
Gran Vía Baltic Porter.
La porter es un estilo de cerveza
nacido en Inglaterra (en los muelles de Londres) a partir de cebada malteada
marrón. Un tipo de cerveza negra que nos brinda un bonito color rojo muy oscuro
y una espuma marfil. En su composición, además del agua, naturalmente, se
emplea malta de cebada, cebada tostada, copos de avena y lúpulo. Tiene 7,5% volumen
de alcohol, pero su frescura hace que en la boca nos resulte muy equilibrada.
En su cuerpo de cierta densidad, notas de café, chocolate, caramelo tostado, toque
de frutas pasificadas y leves recuerdos de pan tostado, aunque con chispa que
la hace sentir viva y fresca. Muy reconfortante y digno sustituto del vino para
acompañar ciertos platos, quizás por ejemplo unas salchichas Bratwurst con
mostaza (la tostada también le iría de lujo a este plato, así como a una buena
hamburguesa).
Buenas elaboraciones y una gama donde elegir según el
momento y el acompañamiento a la hora de tapear o, incluso, sentarse a comer.
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