Fino en rama, Fernando de Castilla

Siempre es un placer visitar Jerez y como habitualmente lo hago con motivo de asistir a algún evento enológico en alguna de sus maravillosas bodegas, el placer se multiplica exponencialmente. Esta vez ha sido la coqueta bodega de la calle Jardinillo, muy cerca de la plaza de Santiago, Bodegas Fernando de Castilla.

Con origen en el año 1837, fue en 1972 cuando Fernando Andrada – Vanderwilde, creó la marca Fernando de Castilla, en honor del rey santo español, centrándose en un primer momento en brandy de alta calidad, que todavía sigue siendo característico de la bodega.

 


Actualmente es el “jerezano” de origen noruego, Jan Pettersen, quien, cumpliendo su sueño desde que se estableció en Jerez en 1983, vinculándose al mundo del vino jerezano, el propietario de esta bodega que produce vinos tan singulares. 

La visita de este pasado 4 de Mayo ha sido para asistir, junto a un pequeño número de invitados, a la presentación en la misma bodega de su Fino en Rama Fernando de Castilla. Una elegante etiqueta, diseñada por Hugo Zapata, viste cada una de las 3.600 botellas de esta saca. 

En el interior de las botellas, como nos explicó el Director Comercial de la bodega, Fernando Romero, un fino de un subido tono dorado, sin apenas filtración. A su atractivo color suma una nariz característicamente seca y punzante de este tipo de generoso jerezano. En boca es fresco a la vez que glicérico, con cuerpo, con un punto de oxidación. Largo y persistente.

El mediodía, de sol y calor en esta primavera de anticipado verano, estuvo acompañado, además de por el Fino en Rama Fernando de Castilla, por unos exquisitos bocados proporcionados por el atún rojo de almadraba traído desde Barbate por la empresa Petaca Chico y por un maravilloso jamón de bellota, Montesierra. Ambos perfectamente armonizados con el fino protagonista de la presentación.

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