Merecido homenaje de su ciudad al pintor, José Luis Mauri
Rodeado de amigos, compañeros, numerosos artistas, familiares y una gran asistencia de público que abarrotó las salas, el autor aguantó de pie la presentación con un gesto evidentemente de emoción ante el cariño demostrado por todos. La inauguración contó con la presencia del Alcalde de Sevilla, José Luis Sanz y, entre otros cargos públicos, la del director del ICAS, Fernando Mañes.
Artista y Alcalde saludándose |
Hasta el próximo 22 de Septiembre, se podrá visitar la
muestra que recoge 120 obras del pintor sevillano, la mayor exposición retrospectiva
de Mauri en la historia y un merecido homenaje a quien representa la memoria
viva de una muy importante generación de artistas sevillanos que, fieles a la
historia local, han mantenido la presencia de Sevilla en la Historia del Arte
nacional e internacional a la altura de una ciudad que ha dado al mundo un
permanente plantel de grandísimos creadores. Homenaje que pone aún más de
relieve la falta de un Museo Sevillano
de Arte Contemporáneo, que se le enajenó a la ciudad en su día, mostrando
las carencias de un CAAC donde no
hay ni una sola obra de Mauri, al igual que de otros importantes autores
locales.
Una larga y fructífera carrera de un pintor y profesor de Bellas Artes, como señaló el alcalde en sus palabras de presentación: “esta exposición es más que un reconocimiento, es una obligación pendiente que tenía el Ayuntamiento con la ciudad y con los sevillanos para dar a conocer la obra de José Luis Mauri, que lleva más de 70 años dedicado al arte”. Quien añadió, en referencia a esas carencias sobre los grandes maestros sevillanos contemporáneos que tiene la ciudad: “queremos marcar un nuevo tiempo para el Espacio Santa Clara, donde se programarán a grandes maestros de la pintura y que aspira a convertirse en el gran espacio de las artes plásticas de la ciudad de Sevilla”.
Tras una etapa juvenil muy marcada por las tendencias
artísticas europeas del momento, como esos cuadros de parisinos paisajes de
paleta oscura, que nos remiten a la época cultural del Existencialismo, Mauri
entra en la que quizás sea su etapa más originalmente personal, mostrándonos en
sus paisajes sevillanos llenos de ingenuidad naíf, las transformaciones urbanas
de la ciudad. Posteriormente el autor deriva hacia un estilo que se encuadra en
una estética de realismo poético, paralela a la de compañeros generacionales
como Joaquín Sáenz (Sevilla, 1931 – 2017) o Carmen Laffón (Sevilla, 1934 –
2021) y donde me llaman especialmente la atención sus paisajes de diversos
parajes de Conil. Hay un entrañable rincón en la muestra, donde se exponen retratos
infantiles, de una encantadora ejecución y con la expresividad de esas miradas
desde grandes ojos.
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